El Colegio de Abogados de Pontevedra vivió ayer su fiesta, y con ello no se alude a lo que pudo ocurrir y de hecho ocurrió en la cena gala que se celebró en el Liceo Casino. Ni mucho menos. Lo importante ocurrió horas antes en la sede colegial, donde se homenajeó a más de una treintena de letrados con la imposición de las insignias de oro y de plata. Ejerció de maestro de ceremonias el decano de los abogados, Eloy Artime Cot, quien apuntó que una insignia de plata «no es una cosa fútil». Eso sí, reconoció que la suya se la compró en una joyería de la capital cuando vio que los miembros de otros colegios la lucían en sus solapas. La de plata es algo que, aunque importante se puede comprar, no así la de oro «que te la tienen que dar». Una larga lista de nombres. En todo caso, Artime precisó que, después de la concesión de la Medalla al Mérito Social Penitenciario del Ministerio del Interior, el Colegio de Abogados consideró conveniente otorgar la insignia de plata a los integrantes de la Comisión Penitenciaria Julio Barcia, quienes llevan a cabo una «labor importante» en la prisión. De este modo, fueron agasajados Santiago Abeigón, Milagros Areán, Pilar Barreiro, Dolores Bedate y su hija Patricia Martín, Salomé Cancela, Juan Antonio Cantero, Roberto Cons, Alberto Currás, Lucía Fernández e Isabel Fole, al igual que el resto de una lista de hasta 31 nombres en el que están incluidos los de Yolanda Fortúnez, María Pilar Gil, Sheila González, Benito Hermida, Diego Luis Huerta, Francisco Javier Iglesias, Teresa Lorenzo, Eva Ojea, Teresa Pereira, Antía Picón, Francisco Ramil, Beatriz Rodríguez, Rocío Rodríguez, Antonio Silva, Laura Suárez y Eduardo Viscasillas. Está claro que no podían faltar algunos de los fundadores de esta comisión, caso de Marcos Fernández Delgado, Mónica Laredo Lorenzo, Fernando Carlos Romay Graña y María Margarita Adrio Taracido.
Precisamente, esta última fue la encargada de poner voz al resto de sus compañeros en un discurso en el que no dudó en glosar la aportación que, a lo largo de la historia de España, han realizado tres mujeres: Concepción Arenal, Victoria Kent -de quien glosó aquel texto que escribió el 10 de agosto de 1931 en La Voz y que empezaba diciendo que «una prisión es un pequeño mundo habitado por seres humanos libres, caídos en desgracia hoy»- y la actual directora de Instituciones Penitenciarias, Mercedes Gallizo. Su discurso dejó bien claro cual es el espíritu de la comisión cuando enfocó que, en la actualidad, «determinados sectores de la sociedad están solicitando en contra de la Constitución que nos rige, el instaurar la cadena perpetua».
Así, Margarita Adrio recordó que las cárceles deben servir tanto para la reinserción en la sociedad de aquellas personas que antes estaban integradas en ella, como para insertar en esta misma sociedad a individuos que nunca han formado parte de la misma. Citó a Mercedes Gallizo para aludió a que, en este segundo supuesto, son personas que previamente estaban excluidas socialmente o en la marginalidad. Cuarenta años de servicio. Y tras la plata, le tocó el turno a los dos letrados a los que se les impuso la insignia de oro del Colegio de Abogados por llevar cuarenta años, cuatro décadas, de ejercicio profesional. De nuevo, fue Eloy Artime quien realizó una glosa biográfica de ambos en la que no faltó unos cuantos toques de humor, como cuando reseñó que solía reunirse con Javier Munaiz en la terraza de una cafetería para preparar estos datos biográficos. De Joaquín Miller Fernández aseguró que es «vigués de nación y devoción», aunque durante una parte de su vida tuvo que residir en A Coruña. En todo caso, dejó claro que «está contrastado que es buen compañero». Más profuso se mostró el decano de los letrados cuando se refirió a Ernesto Baltar Feijoo: «Es de los pontevedreses más pontevedreses que existen».
Se da la paradoja, una circunstancia que no dejó escapara Artime Cot, de que Ernesto Baltar fue el presidente del Liceo Casino que impulsó la rehabilitación de su sede social del casco histórico después del incendio que se produjo en los ochenta. Ayer este inmueble acogió la cena baile de fin de fiesta. A buen seguro que no faltó la música, música que tampoco estuvo ausente del acto celebrado en el Colegio de Abogados. Y es que el coro de esta institución interpretó los temas Amazing graze y Were you there instantes después de que Ernesto Baltar, «bibliófilo empedernido», «padronés de devoción» y quien «se dedicó y no poco a la vida política», se hubiera dirigido a los asistentes.