Los vecinos de la zona aseguran que los ruidos de los bares de copas son insoportables y « muchas personas han tenido que mudarse para poder seguir viviendo». Las denuncias se multiplican cada año y no están dispuestos a parar. El Concello anunció ayer que ha iniciado expedientes sancionadores a dos locales de Portonovo por superar el nivel de ruido en junio y julio, que pueden conllevar multas de entre 1.500 y 9.015 euros y su paralización. Los vecinos exigen la implicación del Ayuntamiento para que la calle no sea la más polémica de la villa.