El portonovés Damián Aguín, tercer oficial del Mattheos I, el petrolero asaltado y robado en el Golfo de Guinea el mes pasado, se encuentra ya entre los suyos, aunque ayer no se localizaba en su domicilio familiar en su villa natal. Su padre, José Antonio Aguín, agradeció el interés que los medios y sus vecinos habían tenido en este caso.
En Portonovo, la noticia del regreso de Damián Aguín fue muy bien recibida por sus vecinos y sobre todo por sus amigos y conocidos, que expresaron su alegría en páginas de Facebook como la de Asalto á Madama.
Las circunstancias del secuestro y robo del combustible del barco chipriota siguen siendo actualidad. En el bar del puerto, uno de sus trabajadores resaltaba que le había llamado la atención la «torpeza» de los ladrones, que no sabían cómo trasvasar el combustible y obligaron a hacerlo a los propios marineros secuestrados.
En otra parte del puerto, junto a los barcos pesqueros, un expatrón pontevedrés que trabajó en barcos de altura en África Occidental manifestó que lo que pasó en Togo no le había cogido a él por sorpresa. Tras catorce años trabajando en esas aguas, asegura que el pirateo es un problema, pero que la corrupción lo es incluso mayor y que en muchos de estos países su imagen de las autoridades no se diferencia mucho del comportamiento de los piratas.
A pocos metros, Juan Andrés, jubilado de mar y vecino de Sanxenxo, explica que él estuvo trabajando en 1972 al otro lado del continente, en la costa de Kenia. En su trabajo en la marina mercante, descargaban mineral procedente de Holanda. Recuerda una costa africana mucho más segura. «Cando escoito o tema este dos piratas, quedo parvo», sentenció.