Grupos de pontevedreses pulsan la actualidad con el reto de incorporar a los jóvenes
20 nov 2011 . Actualizado a las 06:00 h.Con diecisiete años, Ramón devoraba la famosa biblioteca de los hermanos Muruais, mientras le permitían asistir a la que es considerada la madre de las tertulias en la ciudad de Pontevedra, la que a finales del siglo XIX reunía a las viejas glorias de la intelectualidad local en la casona de Méndez Núñez. Allí no solo se hablaba de literatura, sino que entre otras cosas, se comentaban, y mucho, las ligeras revistas francesas adelantadas a la España católica de entonces. Y en aquel ambiente Ramón, más conocido como del Valle-Inclán, además «de ir a ver piernas», como recuerda el historiador Xosé Fortes que decían las malas lenguas, corrigió su primera obra, Femeninas.
Aquella productiva tertulia tuvo diversas sucesoras. La veraniega de Manuel del Palacio en la Casa de las Galerías (edificio del sanatorio Marescot); ya en el siglo XX la de la botica de Perfecto Feijoo en la Peregrina; la política y estética de Castelao en el Moderno... Y en plena dictadura, la de Manolo Domínguez y Torrente Ballester en el Lar, donde el autor hacía el tercer grado a Fortes sobre anécdotas e historias de Pontevedra que luego tradujo a su particular universo literario en La Saga/Fuga de J. B. Hasta hoy. El siglo XXI mantiene esta genuina tradición para la que solo hace falta asiento, un café y ganas de debatir en la compañía más grata. No están aquí todas las que son, por supuesto, pero sí algunas representativas.
Sábado, día sagrado
Los sábados son día sagrado para los contertulios que se sumaron a la espontánea iniciativa dialéctica que hace ocho años promovieron el fallecido médico Manuel Fontoira y el exconselleiro Aniceto Núñez, entonces en el Blanco y Negro. Uno de los actuales participantes, Eduardo Cid, no tiene reparos en asumir que «somos de una pedantería insufrible».
Él destaca que esta charla «se habla de todo, siempre de algún tema de actualidad política y mucho, mucho, de historia». Historia de las religiones, historia de las ideas... La filosofía es un punto fuerte y no es raro escuchar a sus participantes pronunciar citas en latín o griego. «Y la crisis siempre sale», añade el citado profesor. Lo que menos, probablemente los deportes: «A mí me aburre; yo no vi ni la final del Campeonato del Mundo». Otro participante, Celso Paz, de 72 años, reconoce que viene «a aprender; tengo más necesidad de hacerlo que cuando tenía 30, o por lo menos así lo percibo». Cree también que en el futuro se mantendrán las tertulias, «aunque puede que cibernéticas».
El mismo día de la semana, el Carabela es escenario de la conversación de otro grupo de pontevedreses punteros. «Nos reunimos para fustigar al mundo -ironiza Fortes sobre su debate, el más veterano-. Decidimos tomar el pulso a la actualidad desde los diferentes puntos de vista que tenemos». Está el arquitectónico, con César Portela; el jurídico, con Luciano Varela o Modesto Barcia; el periodístico, con Rafael López Torre, o el suyo, que, como bromea, es el de «lo que no puede ser no puede ser y además es imposible, como decía Guerra». Afirma que son «de sangre caliente», pero esta nunca ha llegado al río. Las sesiones duran lo que el curso escolar, desde septiembre hasta junio, y la despedida cada año es siempre con una comida. Así llevan veinte y eso que cuando empezaron a reunirse Fortes, junto a Portela y entonces también el profesor Marcial Gondar, no había intención de tertulia formal. «Pero al cabo de tres años nos dimos cuenta de que lo era».
Añade que el éxito de aquella emblemática tertulia de los Muruais, «que en realidad era bastante rancia», fue el de incorporar a los jóvenes, como Valle-Inclán, Torcuato Ulloa o Said Armesto, «que sabían más que los viejos; ahí nació la generación pontevedresa del 98». Es la «asignatura pendiente» que ahora queda a la suya.
Xosé Fortes Bouzán
77 años
Historiador y escritor
«Estuve en tertulia alevín, en la madura con Torrente y ahora esta es la sénior»
Modesto Barcia Lago
60
Abogado
«Es una reunión para estar con los amigos y sin objetivos»
César Portela Fernández-Jardón
74 años
Arquitecto
«Nos reunimos para contar nuestras cosas en voz alta y evitar ir a un psiquiatra»
«Vengo a aprender, a mis 72 años tengo más necesidad que cuando tenía 30»
Luciano Varela Castro
64 años
Juez
«Es ese aire fresco de libertad y de poner en común, de formar criterios»