La carpintería metálica para particulares, vía de escape al declive del sector inmobiliarioLa especialización les ha hecho fuertes frente a la competencia

REDACCIÓN

PONTEVEDRA

Cerrajería Tobío lleva 40 años trabajando con el acero, hierro y aluminio para dar forma a todo tipo de estructuras metálicas

27 ene 2012 . Actualizado a las 06:00 h.

? Desde que su padre dio los primeros pasos entre estructuras metálicas hasta hoy han pasado más de 40 años trabajando con aluminio, acero inoxidable y hierro. Alberto Tobío capitanea ahora la empresa familiar Cerrajería Tobío en la que dan forma a puertas de garaje, verjas, escaleras, balcones o pasamanos, entre otros trabajos.

La incorporación de nuevas técnicas y los avances en la producción de estas estructuras le han servido para dar al traste con la crisis. Alberto Tobío reconoce que el trabajo a particulares les ha servido para driblar las dificultades de la actual coyuntura económica.

Si hace unos años, el 40 % de la clientela eran empresas privadas o la Administración, desde el estallido de la burbuja inmobiliaria, los particulares se han convertido en el plato fuerte de la empresa. «Sufrimos la crisis porque el bajón de trabajo es general, pero la ventaja es que cuando empezó el boom, no dejamos nunca de lado a los particulares», señala Alberto Tobío, que hace más de 15 años que sucedió a su padre al frente de la empresa. «La fundó él, pero ahora soy yo quien la lleva, pero viene de vez en cuando por aquí porque la experiencia es un grado», explica. Y es que en esta empresa casi no hay ni dos trabajos iguales. No se produce nada en serie, todo lo que sale de la cerrajería está hecho a medida de cada cliente entre los tres empleados y Tobío. El trabajo con los particulares es la mejor opción a la hora de pagar. Salvo excepciones, «suelen cumplir», reconoce, al mismo tiempo que lanza un recado a las Administraciones para que los plazos de pago no se dilaten más de medio año. «Nosotros seguimos trabajando para concellos, como por ejemplo el de Pontevedra, pero nos pagan siete meses después», advierte el propietario de la firma, que también señala que parte de su supervivencia está en una filosofía de trabajo que siempre estuvo encaminada a no hacer grandes obras.

Hace un par de años eran más plantilla, pero las dificultades le han obligado a prescindir de dos empleados. No descartan que cuando pase el huracán financiero y los pedidos de puertas automáticas, balcones o pasamanos vuelvan a entrar de forma masiva, se sumen nuevos trabajadores. «Cuando hay más flujo de dinero, hay más trabajo y movimiento», indica.

De cara al futuro, Alberto Tobío lo tiene claro, tanto para su empresa como para el resto del sector: al menos quedarse igual que en el 2011. Después de dos años con una caída de la facturación del 25 %, solo espera que el 2012 no sea más grave. De esta situación se saldrá, pero para ello hay que intentar pasar de puntillas por un año «que no tiene muy buen aspecto». Antes de despedirse, Tobío lanza un mensaje a la Administración para que en lugar de seguir recortando, reactiven la economía. «Esa es la única receta», sentencia este empresario.

? Su radio de acción se limita prácticamente a la provincia de Pontevedra, aunque en ocasiones han trabajado puntualmente en A Coruña o Vigo. Por lo que demuestra podían hacer suyo el refrán el que mucho abarca, poco aprieta. Alberto Tobío asegura que «yo sé que existen empresas de la competencia que se dedicaba a la construcción y han notado mucho la crisis, pero nosotros nos hemos especializado en el trabajo a medida y no hay ninguna otra empresa que lo haga». Este ha sido su salvavidas.

Todos los trabajos que preparan está diseñados de forma individual y a la medida

La empresa diseña balcones, pasamanos, puertas de garajes o escaleras