La Cámara de Comercio se encuentra en una encrucijada clave para intentar salvar su futuro. El próximo 1 de febrero el presidente en funciones, Gómez Rivera, abandonará la institución, tal y como anunció el pasado 17 de noviembre. Todavía no se sabe quién le sucederá en el cargo. «Todos los que estamos en el pleno somos candidatos», explica Eduardo Barros, uno de los integrantes del pleno cameral que reconoce que «si me lo piden» valoraría la posibilidad de presentarse.
Lo que tiene claro este vocal de la Cámara es que «en cada sitio hay que estar con todas las consecuencias, yo no me metí en la Cámara para ser el presidente, pero también tengo claro que no voy a dimitir». Eduardo Barros confirma que por el momento no se ha sentado a hablar con el presidente, pero dentro de los vocales «hay quien quiere que sea yo», puntualiza. Barros asistió ayer a una reunión rutinaria en la sede de la institución por una expedición que está organizado a Perú, aunque fuentes próximas aseguran que también estuvo reunido con la secretaria de la institución, Charo Lorenzo.
Esas mismas fuentes aseguran que el presidente de la institución pontevedresa no pasa por su oficina de los Jardines de Vicenti desde diciembre. En menos de quince días dejará su cargo y la nueva ejecutiva se enfrentará a la necesidad de reflotar la institución. Mientras están pendientes de que se apruebe la Ley de Cámaras que delimite sus funciones, el conselleiro de Presidencia, Alfonso Rueda, se reunía ayer con el presidente del Consello Galego de Cámaras para analizar el nuevo enfoque que deben asumir las nueve entidades gallegas a partir de este año.