Concursa esta noche en «Deja sitio para el postre»
15 ene 2014 . Actualizado a las 15:17 h.Dicen quienes le conocen que aprendió a hacer postres de la mano de su madre y de su abuela. Luego hizo la carrera de Bellas Artes. Y de la mezcla de ambas salió la repostería creativa con la que el artista Daniel Diéguez ya se ha hecho un nombre en televisión. Él es uno de los 18 reposteros amateur que desde esta noche concursan en el talent show Deja sitio para el postre, que presenta Raquel Sánchez Silva en Cuatro.
Diéguez nació en Barcelona hace 33 años, y desde allí su familia se trasladó luego a vivir a Ribadeo. Cursó Derecho y Escultura en Oviedo, y hace seis años que recaló en Pontevedra para hacer Bellas Artes. Tras finalizar la titulación hizo un máster en arte contemporáneo y en la actualidad prepara su tesis. En un viaje a Londres quedó impresionado por las posibilidades de la repostería creativa y vio en ella una oportunidad para experimentar su concepción del arte efímero. A la presentadora del programa ya le contó que sintió entonces la necesidad «de hacer cosas que desaparecieran». Antes de dedicarse de pleno a esta faceta decidió hacer una subasta low cost de toda su obra artística acumulada hasta el pasado año. EuPuxo, que así se llamó la subasta, con precios de salida desde los 10 euros, puso a la venta la mayor parte de su trabajo en abril del 2013 en Pontevedra y Santiago.
En la ciudad del Lérez, Daniel también es conocido por ser monitor del programa de ocio juvenil Noites Abertas -antes de dar clases fue participante-. Lo ha sido en las dos últimas ediciones y también estará, pase lo que pase en el concurso, en la próxima, a punto de ponerse en marcha, donde enseñará a sus alumnos a hacer pasteles y galletas decoradas.
Daniel concursará con el equipo verde (está también el rojo y el azul) y con David Pallás como mentor. Y de momento, por lo visto en la web del programa, aún no se afeitó la barba, tal y como le habían sugerido en el cásting. Un cásting al que se presentó en patines, de los que tampoco se desprende en Pontevedra.