Canceliñas reitera sus disculpas al médico que secuestró

Alfredo López Penide
López Penide PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

RAMON LEIRO

«Entró y ya disparó, y el segundo para mí, sin mediar palabra», relató la novia de un vecino de Saturnino Marcos Cerezo Cancelas al que supuestamente atracaron en su casa

24 mar 2015 . Actualizado a las 18:05 h.

Al igual que su compañero de banquillo, Saturnino Marcos Cerezo Cancelas, «Canceliñas», solo quiso contestar esta mañana en la Audiencia de Pontevedra a las preguntas que le formulase su abogado. Y cuando lo hizo, fue para volver a pedir disculpas al médico portugués que, a principios de noviembre, supuestamente secuestro en Arcos de Valdevez: «Eu non quería facerlle mal nengún», señaló en referencia a la víctima, a la que no dudó en definir como «un pobre home».

En su comparecencia, aseguró que «o tratamos correctamente, incluso fomos almorzar nun restaurante», así como dejó claro que, en ningún momento, lo maltratamos.

El doctor, que saludó a Canceliñas con un guiño de ojos al entrar en sala, explicó que sus secuestradores le dijeron «colabora que nada te acontecederá e eu colaborei». Añadió que, durante el trayecto en coche, lo llegaron a encañonar con una escopeta, por lo que tuvo que pedirles que dejarán de hacerlo. A fin de cuentas, «a onde ia huir nun coche en marcha».

A preguntas de los magistrados de la Audiencia, reconoció que no tenía intención de reclamar indemnización alguna y eso que, tal y como apuntó, tuvo que acudir a un colega psiquiatra: «Iso non vai resolver o problema. Marcos -en alusión a Canceliñas- e Álvaro non teñen nada».

Menos conciliadores se mostraron la pareja que, presuntamente, fue atracada por los dos acusados. «Entró y ya disparó, y el segundo para mí, sin mediar palabra», manifestó la mujer, que dijo haber sufrido un aborto como consecuencia del impacto: «Con este agujero aquí, la misma mujer que era, ya no lo soy».

Por su parte, su compañero recordó que sufrió tres heridas de arma blanca mientras forcejeaba con Álvaro Miguel dos Santos Barbosa, así como que le ataron las manos con cinta americana mientras lo obligaban a permanecer sentado en una silla.

La versión que ofrecieron los acusados sobre este incidente fue totalmente diferente. Así, explicaron que se desplazaron hasta la casa del denunciante el 28 de octubre del 2013 para «falar con el e deixarlle as cousas claras». Canceliñas sostuvo que su vecino y antiguo novio de su hermana «é un traficante de droga, de heroína» que, según su versión, quería que trabajase para él, pero «eu non quería».

Añadieron que, nada más acceder a la vivienda de A Pereira, en O Porriño, su propietario les arrojó un vaso, lo que derivó en un forcejeo, en el transcurso del cual se habría disparado en dos ocasiones la recortada que, siempre según versión, portaba la víctima. En este sentido, Álvaro Miguel añadió que cogió un cuchillo de la cocina y trató de separar a los dos contendientes, momento en el que se cayó al suelo hiriendo en tres ocasiones al propietario de la casa: «Fue fortuito. No lo acuchillé a propósito».