En las negociaciones se puede hablar de todo. Es la tesis que se defiende desde el Partido Popular, que en las últimas semanas ha tendido públicamente la mano al BNG para negociar un pacto que evite a los populares ser desalojados del poder provincial en la Diputación. En las declaraciones públicas, el PP defendió, a través de Rafael Louzán, el todavía presidente de la Diputación, que los populares, como fuerza más votada, están legitimados para alcanzar acuerdos con otras fuerzas.
Pero ayer, el vicepresidente de la institución provincial José Manuel Figueroa fue más allá al admitir que durante los contactos con el BNG estuvo sobre la mesa el ceder la presidencia de la institución al BNG. «En BNG en Vigo le ha dado una alcaldía al PP», dijo Figueroa, también concejal en Vigo, en referencia a la moción que apartó al socialistas Ventura Pérez Mariño de la alcaldía en favor de la popular Corina Porro, gracias al BNG.
Con todo, las posibilidades de un entendimiento entre nacionalistas y populares en la Diputación fue enfriado públicamente por el BNG, pese a la insistencia de Rafael Louzán en tender la mano. «Hai unha afinidade, incluso persoal, en moitos temas», dijo Louzán, en referencia al regidor nacionalista pontevedrés, Miguel Anxo Fernández Lores. Pero este zanjó cualquier posibilidad con un gráfico «tarde piaches» dirigido a Louzán.
Aunque el BNG negocia desde su estructura autonómica los equilibrios a alcanzar en las diputaciones con el PSOE, en la de Pontevedra, los diputados obtenidos en el partido judicial de la capital tienen un peso relevante. De aquí son tres de los cuatro escaños obtenidos por los nacionalistas. De ahí el protagonismo que Louzán ha dado a Lores en sus reiteradas ofertas.