Estudian el comportamiento de los grandes incendios para frenar su poder devastador

La Voz

PONTEVEDRA

maria hermida

Los primeros estudios muestran que tienen en la provincia un patrón similar desde el 2006

15 jun 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

El mejor arma para combatir los fuegos forestales es el conocimiento. Este es el espíritu que se encuentra en el proyecto que involucra a la Diputación de Pontevedra y a la Universidade de Vigo y que permitirá hacer simulaciones del comportamiento de los grandes incendios en la provincia. De este modo, se podrá actuar «nos puntos nodais e frear ou mitigar os fogos».

Esta iniciativa es consecuencia, precisó la presidenta de la Diputación, Carmela Silva, de la oleada de fuegos del pasado octubre. Remarcó que este estudio permitirá «facer fronte a un dos máis graves problemas da nosa provincia, previr os lumes e promover boas prácticas para tratar os nosos montes».

Los primeros pasos dados, según señaló César Mosquera, han consistido en introducir en una cartografía los últimos incendios, pero también los del 2005 y 2006. Han podido comparar la superficie afectada, su gravedad y en qué punto se detuvo su avance, unos parámetros que permitirán conocer qué vegetación es la que mejor responde o establecer aquellos puntos en los que se tiene que actuar para minimizar daños. De igual modo, han puesto de relieve que en la provincia de Pontevedra los fuegos de antaño mantienen un comportamiento similar a los que se registraron meses atrás.

«É un traballo que non estaba feito ata o de agora», destacó, al tiempo que resaltó que se trata «dunha ferramenta potentísima para baixar a un territorio concreto, un documento base que vai permitir traballar en cada zona e propoñer solucións», expresó. Avanzó que, en futuro, se realizará un congreso del que saldrán una serie de recomendaciones.

Al frente de este proyecto se ha situado Juan Picos, profesor de Escola de Enxeñería Forestal, apeló a la modestia a la hora de enfrentarse a la problemática de los fuegos forestales. «Son un problema complexo, nun territorio complexo, dentro dunha dinámica complexa», reseñó, al tiempo que aludió a que el 2017 fue, a nivel global, el año en el que se registraron mayor número de perdidas humanas y económicas se registraron en todo el mundo ?171 muertos y más de 18.000 millones de dólares en daños?.

Tras vincular esta realidad con el cambio climático y social, explicó que el proyecto contempla, además, aspectos como las franjas de seguridad establecidas por la legislación autonómica. Esto les está permitiendo, ya en esta fase del estudio, comprobar su eficacia para mitigar las llamas. Las primeras impresiones es que, en algunos casos, fueron ineficaces por ser escasas, mientras que, en otros, eran demasiado amplias.

Autoprotección

En todo caso, Picos vinculó la prevención no solo con impedir que se produzcan fuegos ?algo imposible?, sino con que los incendios causen el menor impacto a todos los niveles. Y es que en el 2017, los incendios afectaron a 109 bienes catalogados patrimonialmente, de los que 65 eran petroglifos y diecisiete, castros.

De igual modo, advirtió que «os grandes lumes teñen memoria. O grandes incendios do pasado poden ser os pais dos grandes incendios de mañá». En definitiva, «o que fagamos nos lugares incendiados pode derivar no que aconteza noutros incendios. Cada lume é un libro aberto».

Juan Picos, por otro lado, apostó por ampliar el enfoque de la autoprotección ciudadana, pues «a solución non sempre é saír correndo e, ás veces, si confinarse nun lugar seguro. A xente ten que coñecer a dinámica do lume e así axudaría aos servizos de emerxencia».

Por su parte, Domingo Molina, de la Universidad de Lérida, reclamó la incorporación de un mayor conocimiento a estos estudios sobre el fuego, así como instó a una planificación estratégica que vaya más allá del mero establecimiento de franjas de protección: «A planificación estratéxica non é un recetario. Iso poderíao facer un graduado en ESO».