La idea de bebernos el mar puede resultarnos un tanto estrambótica. ¿Beberse el mar? ¿Pero no era malo tomar agua salada? Pues bien, prepárense para desmontar el mito. Porque con la protección de Artio, la diosa celta que da nombre a su empresa, ha nacido una empresa que pretende utilizar nuestro mar para calmar la sed y las necesidades de hidratación de los deportistas y, también, de quienes no lo son. Pero vayamos por partes.
Fue en la cabeza de Pablo Dosil, un físico natural de Noia, aunque afincado en Vilagarcía, donde un día surgió la idea de crear una bebida isotónica a partir de agua de mar. Él se sacude el mérito. Por una parte, dice, porque la idea no es tan nueva como pueda parecer. Por la otra, porque sin el empujón de su socio, Juan Ramón Martínez, el proyecto podría no haber despegado.
Pero dejémoslos hablar. Sus palabras nos llevan a la playa de Carnota, donde un buen día Iván Raña se metió en el mar, nadó varios metros, se zambulló y volvió a tierra con una garrafa llena de agua de mar. Cuando volvió a tierra, confesó a quien lo acompañaba que el contenido de aquel recipiente era el ingrediente básico del brebaje que tomaba para rehidratarse: agua de mar mezclada con agua dulce y zumo de limón. Y no se crean que Raña es el único que compone su pócima con agua de mar. «Observamos que a maioría dos deportistas de elite a utilizan». El producto ya está en lanzamiento.