Ravachol aterriza en el entroido pontevedrés para sumarse a la lucha feminista
PONTEVEDRA































El loro símbolo del carnaval de la ciudad va ataviado esta vez de activista por la causa que motiva la huelga del 8 de marzo
04 mar 2019 . Actualizado a las 21:09 h.Morirá, como cada año, al finalizar el carnaval. Pero antes, durante los próximos días de desenfreno del entroido, Ravachol, el loro que es el símbolo de Pontevedra, peleará por la causa feminista. Y es que, como cada año, ayer aterrizó en el entroido vestido con un motivo de actualidad. En esta ocasión, con camiseta morada y acompañado de lemas feministas y contra el machismo, se unirá a la causa que motiva la huelga feminista del próximo viernes, 8 de marzo.
Pero hasta entonces, el Loro, que existió en la realidad como un animal que vivió en la ciudad por 22 años y que falleció en 1913 causando una consternación en toda la ciudad dada la popularidad que había alcanzado por su carácter irreverente, ha venido, como cada año, para disfrutar del carnaval. Así, Ravachol, que tomó el nombre de un anarquista y revolucionario francés de la época, dado su indómito carácter, se ha ido adaptando a los tiempos hasta lograr ser sensible a la causa feminista, algo de lo que se felicitaba ayer, tras descubrir de qué venía vestido en esta ocasión el loro, la concejala de Festas, Carmen da Silva.
Según explicaron los miembros de la Asociación Recreativa de Xeve, entidad que se encarga cada año de vestir a Ravachol, el loro se suma al rechazo contra la lacra de la violencia machista, defiende el derecho de las mujeres a decidir sobre su cuerpo, aboga por la igualdad en el hogar entre mujeres y hombres y por la conciliación laboral.
Como cada año, el loro llegó solo con sus plumas a la plaza de A Peregrina, donde fue vestido por los integrantes de la asociación ante la atenta mirada de cientos de pontevedreses que no se quisieron perder la tradición de la llegada de Ravachol y la recreación de la botica de Perfecto Feijoo, el establecimiento donde el loro real vivió y cometió sus fechorías en Pontevedra hace más de cien años.