La APDR sostiene que existen alternativas en Galicia para reubicar Ence
PONTEVEDRA
La APDR replicó este lunes a la argumentación de Ence de que no existen alternativas para su reubicación en Galicia si se tiene que ir de la ría. Para los ecologistas, la actitud de la pastera «non pretende outra cousa que chantaxear á poboación da comarca para tratar de permanecer en Lourizán». La APDR discrepa del informe técnico de la consultora IDOM que Ence encargó para determinar si existe alternativa en Galicia y que concluyó que no. Entienden los ecologistas que «con seguridade hai zonas en Galicia que poderían dar resposta a estas necesidades» en relación a la disponibilidad de agua y energía.
Le reprocha la APDR que en ese informe se eluda el compromiso adquirido por Ence de reducir tanto el consumo de agua como el volumen de vertido hasta los 4.000 metros cúbicos día, «Así pois, as necesidades para unha nova fábrica serían moito menores ás consideradas nese informe e habería moitas zonas de Galicia que poderían reunir eses requisitos», sostienen desde Defensa da Ría.
«En calquera caso, o que está en cuestión non é se existe ou non outro emprazamento axeitado para a instalación de Ence en Galicia, o que se está a poñer sobre a mesa é que, por Lei, Ence non pode continuar por máis tempo en Lourizán», recalcó la APDR. Este colectivo añade que la prórroga concedida a la pastera en el Gobierno de Mariano Rajoy fue, desde su punto de vista, «ilegal» tanto por la duración de la concesión como por la falta de justificación de su ubicación en dominio público marítimo terrestre.
Regeneración de Lourizán
Desde la asociación se apunta: «Ence, se quere continuar en Galicia, terá que buscar unha alternativa viable, e se entende que non é posible ningunha, está no seu dereito de marchar onde queira; iso si, terán que recuperar a zona que hoxe ocupan e deixala como estaba cando chegaron en 1958». Para la ADPR la marcha de la fábrica supondrá beneficios para Pontevedra y tampoco tendría una incidencia negativa en el monte gallego, porque se seguiría vendiendo la madera a Portucel y a Navia. «Ademais permitiría acometer unha nova política para o monte galego», concluyen los ecologistas.