El Camino sigue sin tocar techo y alumbra nuevos negocios hoteleros

María Hermida
maría hermida PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

ADRIÁN BAÚLDE

En unos días abrirá un albergue privado en Pontevedra, otro duplicó plazas y en Caldas se inauguraron distintos alojamientos

02 sep 2019 . Actualizado a las 07:54 h.

Lo dejó escrito Antonio Machado y lo musicó luego Serrat: «Caminante, no hay camino / se hace camino al andar». En la comarca de Pontevedra, esos versos se hace realidad con la ruta jacobea portuguesa. Conforme más peregrinos hacen el Camino que arranca a Portugal y atraviesa la Boa Vila, se van abriendo nuevos negocios para darles servicios. Y, como el Camino Portugués sigue sin tocar techo, tampoco dejan de nacer nuevos alojamientos. Bastan dos ejemplos para certificar el bum que vive la hotelería ligada al peregrinaje: en una semana abrirá un nuevo albergue privado en Pontevedra y otro duplicó su capacidad hace tan solo unos meses.

Vayamos primero a las cifras. Nadie mejor que Tino Lores, presidente de Amigos do Camiño Portugués, para certificar que la ruta jacobea sigue creciendo en número de caminantes. Señala que en todo el 2018 pasaron 81.663 peregrinos -habría que añadir los que no recogen la Compostela, que se calcula que son unos 3.000 más- y que este año hasta agosto fueron ya 71.830. Indica también que el crecimiento está siendo de unas 10.000 personas por año. Y no hay que olvidar que está a la puerta el próximo Xacobeo, en el 2021.

Las cifras animan a montar negocios hoteleros ligados al Camino. Así lo entendió Francisco Vidal, que está a punto de inaugurar un albergue privado con 40 plazas en la zona de O Gorgullón (Pontevedra). «Estuve en Edimburgo y tenía experiencia en el tema de los hostel, así que me animé», indica. Tiene previsto abrir las puertas en una semana y reconoce que, mientras dan los últimos retoques a las obras, no faltan peregrinos que se asomen por el local buscando cama. «Sí vienen a preguntar. En unos días esperamos ya abrir y atenderlos», manifiesta.

Otro empresario, Camilo Garrido, que regenta un albergue en Arcebispo Malvar, este año duplicó la capacidad -pasó de 16 a 32 plazas- abriendo otro establecimiento de las mismas características. Al preguntarle por la marcha del verano señala que las cosas van bien, pero matiza: «En julio y agosto llenamos todos, claro que sí. Pero no hay que olvidarse de que el invierno es largo». Cree que se seguirán abriendo más negocios de hotelería ligados a la ruta jacobea y expresa un deseo en voz alta: «Creo que ahora que ya vienen muchísimos peregrinos no tendríamos que centrarnos tanto en que vengan más sino en que pasen más tiempo en Pontevedra, que se queden a conocer la ciudad y los alrededores, que son espectaculares». Esa misma idea sale de boca de Luis Redondo, que regenta un albergue en O Gorgullón. «Saturar el Camino con más peregrinos no tiene sentido, lo importante es que se queden aquí más tiempo», dice.

Más allá de Pontevedra, en Caldas, tampoco dejan de alumbrar nuevos negocios al amparo del Camino. Es más, el bum es tan importante que quienes buscan pisos en alquiler apenas encuentran porque todos están dedicados a fines turísticos relacionados con el peregrinaje. Uno de los empresarios que apostó por el Camino es Fernando Piñeiro, que en abril abrió Casa Herrería, una vivienda con encanto, piscina y jardín. Desde entonces no dejó de colgar el cartel de lleno. «Hay peregrinos para todo tipo de alojamientos, desde albergues a casas rurales u hoteles. Creo que hay una cosa que favorece al Camino Portugués y es el aeropuerto de Oporto, que tiene muchos vuelos internacionales y que se lo pone fácil a los peregrinos extranjeros, que viajan a Portugal y sin dar vueltas ya pueden empezar a caminar».

Hasta agosto, pasaron por la ruta jacobea portuguesa un total de 71.830 peregrinos

Los hoteleros creen

que hay que intentar que los caminantes se queden a

conocer Pontevedra