La presidencia le llegó con la mayoría de edad

Nieves D. Amil
nieves d. amil PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

Ramón Leiro

Transformó su juventud en el arma perfecta para arriesgar y dar más proyección a un club histórico

19 nov 2019 . Actualizado a las 11:15 h.

Óscar Ponte cumplió este sábado 22 años. Como la mayoría de los jóvenes de esa edad está en la universidad y su día a día debería transcurrir entre libros, apuntes y alguna que otra noche de marcha, pero este pontevedrés, además de cumplir esos requisitos inherente a su generación, dirige la Escuela de Piragüismo Ciudad de Pontevedra. Está al frente de ella desde que cumplió los 18. «Cuando empecé e iba a las reuniones con políticos y con gente de otros clubes les sorprendía mi edad, cuando estás en una reunión siendo tan joven, es como si a veces no se fiarán de ti por la juventud», reconoce Óscar Ponte, que a base de trabajo se ha ganado un hueco más que respetable en el piragüismo gallego. «Cuando empecé era un niño, pero la anterior directiva me decía que me presentase, que me veían preparado para eso, aunque mis padres y mi pareja en ese momento me decían que no lo hiciese, no hice caso a nadie y me metí», explica.

Esa inexperiencia con la que desembarcó en el club vino acompañada de un arrojo que en pocos sitios se ve. Junto a su equipo directivo tiró de otras alternativas para relanzar aún más el club y darle la relevancia que ahora tiene. Toca casi todos los palos. «Muchos me decían que hacía falta alguien joven para aportar nuevas ideas, nosotros probamos, somos arriesgados y nos lanzamos a muchas aventuras», confiesa.

Sin dejar de lado el aspecto deportivo del club, quiso relanzar la parte más social, la que permitiese acercar el piragüismo a los que hasta ahora no se habían fijado tanto en él. Así que, aupado por uno de los entrenadores, trajeron el primer Dragon Boat de Galicia. «Al principio yo no estaba muy convencido, pero Miguel Villanueva me decía que sí, que había que probar algo nuevo». Y hoy, casi dos años después, hay más de 40 personas entrenando en esta modalidad oriental, que se practica en una embarcación de aproximadamente ocho metros de largo y con más de diez tripulantes sentados y movida por palas parecidas a las de la canoa, de una solo cuchara. De ese único barco con el que empezaron, ahora siguen ampliando sus miras. «Damos charlas en los colegios, le contamos que es eso del piragüismo y le presentamos el dragon boat. La Xunta está poniendo un programa en marcha para que los niños puedan practicar esta disciplina», destaca Ponte, que reconoce que haber puesto este proyecto en marcha, atrajo a nuevos socios y eso facilita también la gestión económica.

Ahogados a veces por la falta de subvenciones, el presidente asegura que de toda la gestión lo que le saca el sueño es la organización de los viajes. «Es lo más complicado, me da un dolor de cabeza tremendo, la logística de desplazar a los deportistas», confiesa. Sin embargo, no es lo único que le preocupa. Otro quebradero de cabeza empieza a ser la falta de espacio. «Estamos intentando buscar una solución a tres bandas (Concello, Portos y Xunta), pero en verano pedimos una reunión con la presidenta de Portos y aún no nos contestaron», comenta Óscar Ponte. La falta de espacio es tanta que apenas tienen hueco para más piraguas, son muchas las personas que se interesan y a las que le tienen que decir que no tienen sitio para más.

Palistas en los mundiales

No es que el club esté viviendo un bum, pero sí que es cierto que en los últimos dos años está teniendo popularidad a nivel nacional e internacional. Cuidan la cantera para seguir triunfando. «Estamos orientados hacia el deporte base y luego estamos despuntando en júnior y sénior, donde ganamos las dos ligas gallegas y fuimos cuartos a nivel nacional. El objetivo que tenemos ahora ese seguir mejorando esta posición. En dos años pasamos de enviar dos palistas a los mundiales a tener ocho», señala Óscar Ponte, que el próximo año volverá a presentarse a las elecciones. Tiene cuerda para rato. Y motivación para más. Ni siquiera le agobia compaginar la exigencia de la presidencia con la carrera de Ingeniería Informática que estudia. Hay tiempo para dar la talla en todo, pero él prefiere «ir día a día, no suelo fijarme miras a largo plazo, por ahora no pienso en el futuro».

Óscar Ponte asegura que en los próximos años tendrán muchas alegrías gracias a gente «muy buena», como los canoistas júnior Pablo Crespo y Diego Piñeiro o los kayakistas, entre otros. «Son muy trabajadores, tenemos mucha gente implicada, que es lo que hace falta para obtener resultados», reconoce. Esa implicación que tienen los deportistas en el mar para triunfar es la misma que aplica él en los despachos.

Personal

Óscar Ponte nació el 16 de noviembre de 1997 en Pontevedra, donde estudió y practicó piragüismo. Ahora compagina la presidencia con la carrera de Ingeniería Informática.

Historial en el club Hace tres años que asumió la presidencia del club y el próximo año volverá a convocar elecciones. Llegó con 18 años y puso en marcha el kayak de mar y la disciplina de dragon boat.