El Ismael Serrano pontevedrés que en realidad es simplemente Javier

María Hermida
María Hermida PONTEVEDRA

PONTEVEDRA

Intenta dar a conocer lo que compone y canta y hay quien le confunde con el cantautor madrileño. Él lo ve como un halago

10 ene 2020 . Actualizado a las 18:03 h.

Creen a veces los padres que esos locos bajitos que son los hijos permanecen impermeables a lo que ven y escuchan en casa. Vamos, que niños y adolescentes van a la suya y es difícil contagiarles la pasión por un disco, un libro o un cantante. Pero, ojo. Todo lo bueno que se les transmite deja un maravilloso poso en ellos. Sirva como muestra el caso de Javier Lago, un joven de Pontevedra que ha cruzado la frontera de la timidez y, sin prisa pero sin pausa, está dando a conocer lo que compone y canta. Pues resulta que Javier creció escuchando cantar boleros a su madre —qué gusto da ver cómo se le emociona la mirada cuando dice que ella «canta como los ángeles— y escuchando la música de cantautor combativo que tanto le pega a su padre. Y algo, o mucho, de todo ello hay en su música. Es más, hay tanto de cantautor que no falta quien le confunda con Ismael Serrano. Con su sonrisa veinteañera se lo toma como un halago y dice «ojalá me pareciese». Luego, señala que él es simplemente Javier Lago. Que no es poco. Aunque no se lo parezca.

Javier no levantaba demasiados palmos del suelo cuando aterrizó por primera vez en una escuela de música. Luego, a los nueve años, entró en el conservatorio. Y pasó allí una década estudiando violín. Reconoce que la formación en música clásica le gustó, pero también le agotó. Y espera poder reconciliarse algún día con el violín, al que empezó a dejar de lado en los años más intensos de su carrera universitaria, ya que estudió Comunicación Audiovisual.

Se preparó también para tocar piano y guitarra, aunque con su sinceridad y su voz melodiosa enseguida matiza: «No soy instrumentista, ya me gustaría, simplemente toco para acompañar mi voz». Y un día supo que tenía que empezar a componer. Fue hace tiempo, en plena adolescencia. Desde entonces, ha perdido la cuenta del número de canciones que escribió. Durante un tiempo compuso para un grupo que formó con unos amigos. Se llamaba Australia y les dio muchas alegrías, como en el 2016, cuando ganaron un concurso y pudieron tocar en el PortAmérica. «Los años del grupo fueron muy bonitos, nos lo pasamos muy bien. Tuvimos conciertos, hicimos muchas cosas... lo que pasa es que luego llegó el momento de irnos a la universidad, cada uno se marchó a un sitio y todo se volvió más complicado para poder juntarnos y tocar».

Reconoce Javier que se sentía protegido y cómodo tocando en grupo. Y que le costó mucho dar el paso en solitario. «Ir solo me parece mucho más difícil», indica. Aunque es un millenial y podría nadar como pez en las aguas de las redes sociales, lo que más le costó fue, precisamente, utilizar ese escaparate. Ahora sus vídeos ya están en Youtube y en las redes sociales se comparte al por mayor su tema Aunque te quiera. Hay quien insiste en que parece Ismael. Otros incluso hablan de un parecido razonable con Silvio Rodríguez. Y hay quien barre para casa y dice eso de «¿quién le diera a Ismael!».

Aunque te quiera es una balada. Pero tiene cosas escritas bailables. Y promete enseñarlas pronto. Mientras tanto, seguirá tratando de abrirse paso, ora en la música ora en el mundo audiovisual que también le fascina. Aunque te quiera es triste. Pero Javier se reivindica como un no triste. Canta «nunca lo supe ver, perdona si fallé, aunque te quiera no sé hacerlo bien» y da pie a preguntarle si eso hay que vivirlo para escribirlo. «No sé, yo espero haber aprendido», dice. Y ahí se queda.