El Teucro sigue sin despegar en casa y cae ante el Córdoba

A. Dávila PONTEVEDRA LA VOZ

PONTEVEDRA

El equipo azul estuvo muy precipitado en un errática segunda parte

19 ene 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Dura derrota del Teucro en casa ante el Córdoba (29-30). Una mala segunda parte condenó a los azules, que cayeron víctima de sus propios errores.

El Teucro fue muy superior en el comienzo, dominando a un Córdoba que no fue capaz de aprovechar las pérdidas de los azules y se encontraron una y otra vez con un Edu Salazar bajo los palos que fue el auténtico protagonista de la primera parte al detener más disparos de los que encajó en la primera media hora de partido.

Con un parcial de 5-2 superados los seis minutos de juego, los azules establecieron demasiado temprano una cómoda renta de goles con la que supieron manejarse con solvencia durante todo el encuentro, siendo serios en defensa y encontrando vías de disparo en ataque a pesar de contabilizar más pérdidas de las necesarias.

El Córdoba, inocente en los dos lados de la pista, era incapaz de inquietar a los locales y terminó desesperado ante un gigante Salazar que acumuló hasta once intervenciones con acierto en los primeros 30 minutos.

El paso por vestuarios no sentó bien al Teucro, que concedió demasiado tras la reanudación, permitiendo al Córdoba meterse en el partido e incluso ponerse por delante por primera vez (17-18) liderados por la potencia de Jorge Nazario.

No estaba tan acertado tampoco Salazar en el segundo acto y esto lo notó su equipo, que además fue cayendo presa de los nervios a pesar del tiempo muerto solicitado por Luis Montes, que todavía se vio obligado a parar el juego una vez más viendo como el encuentro se le escapaba a su equipo.

Pero ya no había nada que hacer, el equipo pontevedrés no fue capaz de salir de su propia conmoción, regaló balones y se precipitó demasiadas veces en el lanzamiento mientras en el otro lado de la pista el Córdoba convertía todas las que había marrado en el primer período. Los azules consiguieron reducir diferencias en los instantes finales, pero la desventaja era ya demasiado grande para sacar siquiera un empate.