Ravachol quema el carnaval

La Voz PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

El velatorio y el cortejo fúnebre del loro, símbolo del entroido pontevedrés, despide con borrasca una programación que se abrió con el pregón el 21 de febrero

01 mar 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

La borrasca Jorge no hacía presagiar nada bueno. Grandes lazos negros y morados colgados en las farolas del centro histórico tampoco. Y al final se confirmó la mala noticia: la muerte del loro Ravachol. Dos carteles lo anunciaban ayer sin alardes en la botica de la plaza de A Peregrina. «Pechado por defunción. Ravachol D.E.P.». El pesar por la muerte del irreverente loro se extendió como la pólvora y fueron muchos los que salieron a la calle, vestidos de riguroso luto, para dar el último adiós al símbolo del carnaval pontevedrés en su velatorio.

La sala mortuoria se instaló en la plaza de A Verdura. Fueron tres horas de lloros y penas por la pérdida del loro que fue la estrella de la famosa tertulia de la botica de don Perfecto Feijoo (1858-1935) a principios del siglo XX. Aquella botica era entonces el centro neurálgico y para enterarse de cualquier cosa que pasaba en la ciudad había que ir allí.

Pasadas las nueve de la noche, salía el cortejo fúnebre de la plaza acompañado de su séquito y de las comparsas que participaron en este entroido. El recorrido incluyó una decena de calles del centro histórico hasta desembocar en la plaza de A Ferrería. Allí sí fue la despedida al loro que, según cuentan los estudiosos, había llegado a la ciudad desde algún país de América del Sur y a bordo de uno de los barcos de navegantes de Pontevedra. Como manda la tradición carnavalera, Ravachol fue pasto de las llamas. Y de la pena a los preparativos del próximo carnaval.