La Brilat a pie de calle junto a la policía: «Estamos listos para lo que venga»
PONTEVEDRA
Un centenar de soldados y una veintena de vehículos refuerzan las patrullas
20 mar 2020 . Actualizado a las 10:51 h.Alrededor de un centenar de soldados y una veintena de vehículos de la base General Morillo están en la calle desde hace ya varios días reforzando las tareas civiles en las que se les demanda. Se les ve ya en diferentes puntos de la ciudad aunque por el momento su presencia es discreta. En la base todos los efectivos están preparados para salir en cuanto sean requeridos. La vida militar está ahora condicionada por el objetivo común de frenar el avance del coronavirus y para los más de 2.000 militares de General Morillo han desaparecido los festivos y los fines de semana. «Estamos preparados para asumir lo que pueda venir». Lo asegura Miguel Sánchez de Toco, coronel jefe del regimiento Isabel La Católica, del que forman parte los efectivos movilizados. Se trata además de un destacamento que tiene su origen en la misma unidad en la que sirvió el doctor Francisco Javier Balmis en 1803, encargado de llevar la vacuna de la viruela a América. El jefe de Estado Mayor de la Defensa bautizó con su nombre este operativo especial puesto en marcha para ayudar en las labores de control del COVID-19: Operación Balmis. Y las unidades descendientes de aquella, están ahora en Figueirido. «Su espíritu y excelencia militar continúan intactos en el regimiento y en el batallón Zamora», afirma.
La operación Balmis movilizará medios aéreos, marítimos y terrestres a requerimiento de las autoridades civiles. En Pontevedra, los efectivos de la Brilat están reforzando los operativos específicos de las fuerzas de seguridad. Varios pelotones tienen ya esta misión asignada. Conforman patrullas mixtas con la Policía Nacional o en solitario, dependiendo de diferentes variables. Su presencia en las calles tiene, según reconoce el coronel jefe del regimiento, una buena acogida por parte de los ciudadanos. «Nuestra presencia pretende transmitir un mensaje de confianza, de esperanza y de seguridad que la población necesita mucho ahora mismo».
En estos operativos civiles, los soldados colaboran también en la labor de concienciación que desarrollan Guardia Civil, Policía Nacional y Policía Local, informando a los ciudadanos de las restricciones en vigor para salir de los domicilios. «En general la gente colabora, entiende lo que se les explica y la reacción es muy buena. Para nosotros es importante reforzar esa imagen de Estado: todas los medios trabajando en la misma dirección, coordinados, para contribuir conjuntamente a frenar esta pandemia».
Y dentro de la base todo está a punto para incrementar efectivos. La actividad ordinaria está ahora condicionada por la operación Balmis pero continúa el adiestramiento. «La formación es integral. Un soldado está preparado para hacer frente a lo que la sociedad necesite en cada momento. Nuestros entrenamientos están diseñados para hacer individuos muy completos, que puedan soportar la fatiga». Y es que además de la formación militar, que instruye a los soldados sobre control de armas, simulaciones y cuestiones técnicas imprescindibles en una misión internacional en terreno hostil, el adiestramiento diario en el regimiento Isabel La Católica incluye una dura instrucción física y una formación moral en valores como la solidaridad, el compañerismo o la entrega, que «servirán ahora a la sociedad civil».
«Nuestra misión en esta situación es ayudar a la población en lo que sea necesario»
En la base General Morillo los soldados esperan ser requeridos en los próximos días para participar en operativos de desinfección, de refuerzo sanitario o de transporte logístico. Por ahora la dotación militar está siendo demandada con cuentagotas pero sus efectivos han colaborado ya en varios operativos sanitarios.
Miguel Sánchez de Toca, coronel jefe del regimiento Isable La Católica, asegura con convencimiento que la operación Balmis, en la lucha contra el COVID-19, no se limita a una contribuición numérica, «aporta capacidades». Las de unos profesionales entrenados para resistir en situaciones extremas y cuya resistencia ha sido reconocida en más de una ocasión por el general jefe de la brigada, Luis Cortés, desde su llegada a Figueirido el pasado mes de octubre
«Se ha hecho viral estos días un vídeo de unos soldados llevando las bolsas de la compra a una anciana en Asturias. No es nuestro objetivo pero sí nuestra vocación: ayudar en lo que sea necesario». Sánchez de Toca considera «vital» esa proximidad de las fuerzas del orden con la ciudadanía para contribuir a generar un clima de «cierta tranquilidad». Y en este sentido asegura que el esfuerzo que están haciendo los agentes de los diferentes cuerpos, y los soldados del Ejército en particular, «se ve recompensado por el agradecimiento que nos transmite la ciudadanía en general. Una mirada o una sonrisa es suficiente para darnos aliento de forma mutua», concluye..
«Reforzamos una imagen de Estado: todos los medios trabajamos de forma coordinada»