La burocracia retrasa los tiros para asustar a los cuervos que devastan sembrados en Nantes

Marcos Gago Otero
Marcos Gago SANXENXO / LA VOZ

PONTEVEDRA

CEDIDA

Los vecinos pidieron la intervención de los cazadores, pero la tramitación del permiso es muy lenta

02 jun 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

La burocracia se ha interpuesto entre los vecinos de Nantes, en Sanxenxo, y los tiros de los cazadores, la única forma que se les ocurre para ahuyentar a los cientos de cuervos que arrasan los campos recientemente sembrados. Los espantapájaros no sirven para nada y los afectados no pueden estar todo el día en las fincas para ahuyentar a las bandadas de estos animales. Hace unos años probaron suerte con águilas adiestradas, pero los cuervos volvían en cuanto estaban seguros de que los cetreros se habían ido.

La única solución, según los vecinos de este valle, que comparten con la parroquia de Lores, en Meaño, son los tiros de la escopeta. No se trata tanto de matarlos a tiros, porque «os corvos son moi intelixentes e difíciles de cazar», sino de hacerles molesta su estancia en este entorno y forzar su marcha a otros lugares de la provincia, dispersando al menos del grueso de los pájaros.

Informes técnicos pendientes

Por este motivo, recabaron el respaldo de la Federación Provincial de Caza de Pontevedra, cuyo presidente Francisco Couselo, explicó que primero tienen que tener la autorización expresa de la Consellería de Medio Ambiente. Y aquí es donde se complican las cosas, porque el cuervo no es una especie cinegética, lo que impide a los cazadores actuar de forma directa.

Couselo tramitó la petición ante la Xunta, pero ahora el procedimiento podría demorarse varias semanas y así llegar demasiado tarde para el propósito de los agricultores, que es proteger sus sembrados de los cuervos.

El presidente de la federación pontevedresa de caza indicó que ahora todavía tendrán que ir hasta Nantes y su vecina Lores los técnicos de la consellería para examinar la situación sobre el terreno.

Una vez hecho, tendrán que emitir un informe que, en caso de ser positivo, todavía tendrá que esperar la firma del jefe del servicio y finalmente del director xeral. Couselo no se atrevió a aventurar un plazo para que toda la tramitación esté terminada, pero lo que está por ver es, si cuando esté todo firmado y comunicado, todavía quedará maíz en los campos de Nantes.