La histórica cadena textil bajó las verjas de sus establecimientos de Vilagarcía y Pontevedra programando unas rebajas de enero en pleno mes de diciembre para liquidar todos sus productos
08 dic 2020 . Actualizado a las 12:35 h.Aunque ahora pueda parecer sorprendente, antes las rebajas eran una cosa seria, que estaba regulada. Rodeados ahora como estamos de Black Fridays, Ciber Mondays y descuentos por todos lados y a todas horas, puede parecer increíble que las gangas de las grandes cadenas, que alguna ya había, causaran expectación. Y la causaban. Por eso, cuando en el mes diciembre de 1988, Almacenes Olmedo colgó carteles en sus escaparates anunciando las rebajas de enero antes de que llegaran Melchor, Gaspar y Baltasar, quien más quien menos pensó que algo raro pasaba. Y claro que pasaba. Lo que parecían unos rebajas de toda la vida no dejaban de ser una liquidación del stock de sus establecimientos de Pontevedra y Vilagarcía.
Los trabajadores de sus tiendas ya sabían lo que se avecinaba, porque el 25 de noviembre los consejeros de Almacenes Olmedo convocaron una reunión con todos ellos para comunicarles la decisión que habían tomado. La noticia se hizo pública cuando La Voz la contó en su edición del día 11 de diciembre. En ella se explicaba que a los trabajadores tan solo se les había dicho que el cierre era inminente -como así sucedió- y que darían las mejores indemnizaciones posibles a los trabajadores.
Tan solo unos días después, el 4 de enero de 1989, anunciaba La Voz que el cierre de Almacenes Olmedo se produciría en marzo tras llegarse a un acuerdo entre empresarios y trabajadores sobre indemnizaciones y liquidaciones. Fue Benito Gama, secretario comarcal de UGT, quien se encargó de explicar que el cierre de la empresa se consideró «irremediable» a la vista de su mala situación económica, por lo que el sindicato negoció con la patronal para obtener las mejores condiciones posibles para los trabajadores, y aseguraba que se había conseguido un acuerdo «beneficioso para ambas partes».
No era el cierre de unas tiendas cualquiera. Olmedo, el primigenio, era un establecimiento centenario, que había abierto Fernando Olmedo a finales del siglo XIX. Cumplió los cien años abierto en Pontevedra, se había estrenado en 1886, pero poco más aguantó. Había lanzando una agresiva campaña de publicidad precisamente con motivo de su centenario para intentar levantar el vuelo, pero de poco valió.
Todo lo que rodeó al cierre no fue lo brillante que, quizás, por historia, se merecía Almacenes Olmedo. Porque a mediados del pasado siglo fue toda una referencia y no solo en la provincia de Pontevedra, puesto que tenía establecimientos en Galicia y también en Castilla-León. De hecho, la tienda de Santiago, que estaba en la plaza de O Toural, estuvo abierta hasta el mes de enero del año 2013, cuando cerró definitivamente unas puertas que habían estado abiertas desde 1944.
Salvando las distancias, claro está, Almacenes Olmedo fue el Zara de su tiempo. Y, curiosamente, su ocaso coincidió con el inicio del despegue del imperio de Amancio Ortega, aunque es evidente que no tuvo nada que ver una cosa con la otra.
Una vez que las tiendas de Pontevedra y Vilagarcía cerraron sus puertas se abrió otro frente de incertidumbre en la capital de la provincia. ¿Qué iba a pasar con el histórico edificio que está situado en la plaza Curros Enríquez? Fue casi diez años después, en septiembre de 1997, cuando Patrimonio emitió un informe favorable para que se pudiera proceder a su total remodelación. Antes de eso el anticuario y galerista Jaime Trigo fue quien había utilizado el bajo comercial, de dos plantas
El proyecto respetaba sus fachadas, pero el edificio iba a sufrir una completa remodelación en su interior. La sociedad comercial Olmedo, la propietaria del inmueble, tenía la franquicia para Galicia de la firma de decoración Casa, que abriría durante unos años allí sus puertas. Ahora opera una firma de comida rápida.
Menos suerte corrió otro los edificios emblemáticos de Olmedo. El situado en la santiaguesa plaza de O Toural no vive sus mejores momentos. En los últimos años fue objeto de algunos rumores sobre la posibilidad de que en él se instalara una potente cadena de restauración, pero esa opción todavía no ha cristalizado.
La ropa y el Tulicrem
Así las cosas, es el establecimiento de Vilagarcía el único que mantiene la actividad que en su día le hizo parada obligada para tantos y tantos vilagarcianos que allí acudían a surtirse de ropa. Ahora es Bershka, una de las cadenas integrada en el imperio Inditex, la que, por esos curiosos giros del destino, ocupa el lugar que en su momento fue el de Almacenes Olmedo. Con idéntico éxito al de su predecesor, pero con un pequeño detalle en su contra. Al lado de Olmedo, donde ahora está una óptica, se ubicaba el ultramarinos de Puga, que más de un vilagarciano de pro todavía recuerda porque era el lugar donde se abastecía de Tulicrem, ingrediente indispensable de muchos bocadillos de la época. Un Tulicrem que también ya ha desaparecido, como los propios Almacenes Olmedo.