Los cuadros de Bouts que acabaron en Pontevedra iban a ser un regalo a Hitler

Marcos Gago Otero
marcos gago PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

Ramón Leiro

El díptico del Museo Provincial apareció en un catálogo nazi de arte robado

08 ene 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Los dos cuadros del pintor flamenco Bouts, que fueron expoliados por los nazis y han sido localizados recientemente en el Museo de Pontevedra, iban a ser un regalo para Hitler. Todo parece indicar que ese era su destino tras su expolio a la familia Czartoryski en Polonia, ya que fueron incluidos en un catálogo de arte incautado por el régimen nazi, donde se incluían piezas que se iban a regalar al Führer alemán.

El Ministerio de Cultura de Polonia destacó que todavía está por investigar cómo estos dos cuadros, una Dolorosa y un Eccehomo, acabaron en España. Fueron adquiridos en una casa de subastas en Madrid o Barcelona por el coleccionista gallego Fernández López, quien a su vez acabó depositándolos en el Museo de Pontevedra. La institución provincial los compró como el resto de la colección de Fernández López y los exhibió durante años en la pinacoteca del edificio Castro Monteagudo, sin sospechar que procedían de un expolio.

En años recientes estuvieron fuera de la vista del público en una sala de reserva, tras la reorganización de las colecciones visitables en las nuevas instalaciones museísticas de Pontevedra. Las autoridades polacas tienen claro más allá de cualquier duda qué este díptico es parte del mayor robo de arte a gran escala del mundo, que ocurrió en los países ocupados por la esvástica en la Segunda Guerra Mundial. Están muy agradecidas por la colaboración y la buena voluntad mostrada por el Museo de Pontevedra para su devolución al Estado polaco en cuanto rematen los trámites burocráticos correspondientes.

«Obras maestras»

Estos dos cuadros «eran obras maestras muy importantes de una colección muy famosa con significado histórico y valor económico». El Ministerio de Cultura polaco añade que durante ese período cientos de miles de objetos fueron «confiscados o sencillamente arrebatados a sus propietarios».

En el caso de este díptico en particular, Polonia tiene que reconstruir su trayectoria desde 1944. La colección del castillo de Goluchow, donde se mostraban las obras de los Czartoryski, fue víctima de robos por distintos jerarcas nazis en distintas ocasiones. La Dolorosa y el Eccehomo localizados ahora en Pontevedra, estaban en el catálogo de 1940 confeccionado por el denominado «Gobierno general», que abarcaba buena parte de los territorios polacos ocupados. Este listado «incluía unos 500 de los objetos más valiosos bajo la Administración alemana de Polonia y que iban a ser un regalo para Adolfo Hitler».

La Administración polaca precisó que mantienen un procedimiento reglado de investigación, a través de Internet, el cruce de referencias en publicaciones, y la revisión de bases de datos para intentar dar con los cientos de miles de piezas que les fueron arrancadas a la fuerza a sus propietarios en los turbulentos años cuarenta. Fue así como dieron con el díptico de Bouts en Pontevedra.

«Ejemplo de transparencia»

«Una vez que tuvimos un indicio serio, basado en publicaciones internacionales, de que estas pinturas podrían ser arte robado de una colección polaca, contactamos con el Museo de Pontevedra inmediatamente», aclaran desde el Gobierno de Varsovia. Querían comparar la información e investigar la procedencia de las dos piezas sospechosas. Dieron con ellas por casualidad. Las personas encargadas de rastrear cualquier pista buscaron en bases de España como lo hacen de otros países del mundo.

La perseverancia dio su fruto. «Fue el resultado de un trabajo sistemático y durante los últimos meses también de un esfuerzo por parte del Museo de Pontevedra, al que estamos muy agradecidos», indica el ministerio de este país de Europa del Este.

La previsión de Polonia es que el díptico regrese «al mismo lugar donde se exhibía antes de la Segunda Guerra Mundial». Por último, el Gobierno de Varsovia añadió: «Aprovechamos esta oportunidad para dar las gracias al Museo de Pontevedra. Su trabajo y cooperación son un excelente ejemplo de transparencia e integridad».