El desigual despliegue de la fibra óptica en la comarca de Pontevedra

Marcos Gago Otero
marcos gago PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

CEDIDA

Algunos concellos aspiran al 100 % este año, otros no saben cuándo

07 feb 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

La pandemia ha modificado la vida cotidiana y laboral de los pontevedreses y tener una buena conexión de Internet en el hogar se ha vuelto imprescindible. Más allá de su utilización para el esparcimiento, el teletrabajo y las clases on line se han impuesto. No obstante, esta urgencia de dispone de un servicio ahora más vital que nunca, ha encontrado a la comarca con un despliegue muy desigual de la alta velocidad en Internet. Más allá de la situación en los grandes núcleos de la provincia como Pontevedra, Vigo y Vilagarcía, hay cientos, miles de lugares dispersos por docenas de parroquias.

En el interior de la comarca, algunos municipios tienen una población total pequeña distribuida por una extensión territorial mayor que otros mucho más poblados pero menores en superficie. Hay algunos que confían tener desplegada la fibra óptica en la totalidad de su territorio este año, otros aún tendrán que esperar y continuarán haciéndolo al ritmo de unos pocos núcleos cada año.

La ventaja indiscutible en la comarca pontevedresa en estos momentos la lleva Ponte Caldelas, donde el programa de Áurea Telecom, una empresa local, ha llevado un servicio de calidad de hasta 600 megas a todos los núcleos de todas las parroquias, con la única excepción de Taboadelo, que espera a que lo haga la compañía nacional que ganó el concurso para hacerlo.

En Cuntis, más del 50 % de los núcleos del municipio ya tienen acceso a Internet de alta velocidad, y el alcalde, Manuel Campos, tras reunirse con la concesionaria, Telefónica, indicó que la previsión es que acabe este año con todos los núcleos con esta conexión. En estos momentos, los próximos lugares donde se va a llevar este servicio son Loureiro de Arriba, Loureiro de Abaixo, Couselo y Portela. Cuando acabe el 2021, debería estar disponible para su enganche en 61 lugares de las ocho parroquias cuntienses. En este caso, se está ejecutando el Programa de Extensión de Banda Ancha de Nueva Generación (Pebang), subvencionado por el Ministerio de Asuntos Económicos. Como en todos los concellos de la comarca, el despliegue no lo realiza el Concello, sino una empresa concesionaria, que en casi todos los municipios lo hace al ganar uno de los concursos estatales o uno de los programas autonómicos de la Amtega.

En Cerdedo-Cotobade, su alcalde, Jorge Cubela, manifestó que fueron seleccionados para comenzar este año en Parada de Tenorio y Viascón, con una subvención de la Xunta, mientras que con el plan estatal se prevé extender la actuación en otras parroquias. Ahora mismo se está en obras en Santa María y San Xurxo de Sacos.

Situación en el litoral

El desigual despliegue de la alta velocidad también existe en los concellos costeros. En Marín, el concejal encargado de las nuevas tecnologías, Hugo González, explicó que está previsto que este año se amplíen las redes de fibra óptica a una serie de lugares de las parroquias de O Campo, San Tomé y San Xulián. En la actualidad, González estima que más de la mitad de los marinenses dispone de este servicio.

En Sanxenxo, donde las carencias de fibra óptica son objeto de reiteradas quejas, Telefónica se ha comprometido a llevar la alta velocidad a 21 núcleos a lo largo de este año, a cargo del Pebang, y al polígono de Nantes y algunos ámbitos urbanos de Sanxenxo con fondos propios también este año. Sin embargo, en ninguno de los dos concellos se prevé terminar en el 2021 el despliegue total del que, previsiblemente disfrutarán algunos de sus vecinos del interior comarcal.

«Teletrabajar en casa fue un cambio como del día a la noche»

Juan Garrido, de O Noval, pudo conectarse a la fibra y mejoró su calidad de vida

m. gago

O Noval es una de las aldeas de Cuntis que dispone de fibra óptica desde hace poco tiempo. Allí vive Juan Garrido, que tiene una empresa de biomasa, Lignus Pellets, a 12 kilómetros de su vivienda. Cuando empezó el confinamiento en primavera, se encontró con que teletrabajar era imposible. «Teníamos un servicio de ADSL de Telefónica de tres megas y era bastante deficiente, porque había veces que si había tormenta se cortaba, había caídas en la red, en resumen, era inviable trabajar desde casa», afirma.

Todo cambió cuando le llegó notificación de que se estaba desplegando la fibra en su zona. «Hicimos la solicitud primero a Movistar, de la que no tuvimos respuesta ni solución, y al mes llamamos a Orange y sí nos dieron el servicio, con 300 megas». Subraya: «Supuso un cambio como se suele decir del día a la noche».

Garrido sostiene que la fibra mejoró su calidad de vida. «Pasamos de estar limitados a no poder mandar en algún momento incluso un correo electrónico con adjuntos un poco grandes, a conectarme sin problema ninguno a la empresa, servicios en la nube, envío y recepción de documentos y archivos pesados, un cambio sustancial a la hora de trabajar». En estos días de covid, se ahorra la preocupación por las restricciones de movilidad y destaca la posibilidad de «trabajar desde casa en caso de una urgencia laboral en cualquier hora del día».

También mejoró el disfrute de plataformas digitales. «Antes era inviable tenerlas contratadas, porque entraba en el bucle de la carga del caché de la película y te podías tirar veinte minutos con el relojito y no tenías capacidad ni posibilidad de verlo».

«En casi cualquier aldea aquí hay fibra de hasta 600 megas»

La gerente de Áurea destaca la ventaja de una empresa local, que ha llevado el cable a todas las parroquias rurales caldelanas

marcos gago

Áurea Telecom lleva cerca de 4 años dando servicio de fibra óptica al casco urbano de Ponte Caldelas y a todos los núcleos rurales, sean grandes o solo un puñado de casas. La única excepción es Taboadelo, que se incluyó en un concurso oficial y que ganó una teleoperadora estatal que todavía no ha puesto ni un cable en el lugar. En lo que se refiere a las demás parroquias caldelanas, Áurea asumió el riesgo y captó a la mayoría del mercado, siguiendo la estela innovadora de su empresa matriz, Eléctrica Los Molinos, la firma que trajo la electricidad al municipio en 1907, gracias al empeño personal y carácter emprendedor de Clotilde Fernández, la bisabuela de la actual gerente de Áurea, Beatriz Estévez.

«Cuando fueron los incendios que quemaron tantas zonas de Ponte Caldelas hubo muchas aldeas que se quedaron sin teléfono, sin ADSL, quedaron incomunicados», recuerda Beatriz Estévez. Como las grandes compañías no les daban solución, la empresa caldelana vio la oportunidad y aprovechando el tendido eléctrico metió fibra también para la villa y las parroquias del rural.

La punta de lanza comarcal

«Es fibra propia nuestra sin depender de ninguna otra compañía», recalca. La red se fue extendiendo, con fondos propios, desplegando, ganando un par de concursos también, aunque todo el proyecto supuso un gran esfuerzo tecnológico y de coordinación para Áurea Telecom. Estévez lamenta que los siguientes concursos de los municipios del entorno los ganen casi siempre las grandes compañías, que después tardan en dar servicio, aprovechando el margen de años que tienen para el despliegue.

En el caso de empresas locales, como la firma caldelana, no es así y recuerda que esta proximidad a sus vecinos es lo que les da un trato distinto, que los clientes agradecen, y un conocimiento de las necesidades sobre el terreno que a los gigantes del sector les cuesta asumir. Gracias a los servicios de Áurea, Estévez asevera que «en cualquier aldea, o esquina de Ponte Caldelas, salvo en Taboadelo hay fibra óptica donde puedes tener hasta 600 megas de subida y bajada, que no la tienen en muchos centros de ciudades».

El servicio ofertado no se limita a las viviendas particulares. También cuentan con muchos clientes en los polígonos de O Campiño y A Reigosa. De hecho, están empezando a desplegarse en algunos puntos de Marcón. «También ofrecemos telefonía móvil a cualquier punto de España», resalta.

Otras empresas han empezado a introducirse en Ponte Caldelas, solo en el casco, pero la inmensa mayoría de sus vecinos siguen fieles a la empresa que les trajo la luz y ahora la fibra óptica.

Cuando la línea pasa delante de tu casa, pero no se te ofrece el servicio

 

 

La complejidad del despliegue de la alta velocidad en Internet no es sencilla y las decisiones de las compañías de telecomunicaciones, guiadas por criterios técnicos y comerciales, suscitan en muchas ocasiones la incomprensión, cuando no el enfado, de los vecinos. Algunas de estas compañías admiten que sus decisiones de pasar una línea por un lado de una aldea pueden dejar un número de viviendas fuera de un servicio vital y que los afectados vean pasar delante, en ocasiones incluso sirviéndose de sus propiedades para colocar postes, el cableado para después, no darles esos megas esperados y que, en ocasiones, hasta se les llegaron a prometer a cambio de la facilidad para atravesar sus parcelas.

Asimismo, hay afectados que critican que las empresas que ganen un concurso dispongan de subvenciones estatales y autonómicas y que, después, dilaten sin razón aparente, la instalación del servicio concesionado.

Un problema reiterado en estos núcleos que carecen de fibra es la propuesta de las compañías de telecomunicaciones de ofrecerles contratos de otros sistemas para que accedan a Internet. Sin embargo, estas alternativas no suplen ni de lejos la capacidad que ofrece la fibra óptica, lo que incrementa el malestar de los afectados, que se siente discriminados frente a sus vecinos, una circunstancia que además la pandemia ha agudizado ante las exigencias del teletrabajo y la educación digital. A muchos la única salida que les queda es reclamar a Consumo, pero poco más.

«Teño un rapaz na Universidade e 2 exames se lle quedaron colgados»

 

m. gago

Sanxenxo, capital turística de las Rías Baixas, tiene un problema con la fibra óptica, que padecen todavía muchos de sus vecinos. Algunos desesperan agotados por la procesión de oficinas y de número de atención al cliente, que al final no les dan ninguna solución. Otros tienen mejor fortuna y se encuentran entre los núcleos a donde ha llegado el servicio, una alta capacidad de Internet de la que, dicho sea de paso, no disfrutan ni siquiera todas las calles de la propia villa.

Vilalonga es una de esas zonas donde una casa tiene fibra y la de en frente o la de al lado ni sabe cuándo la tendrá. Allí tiene Ana Isabel González su peluquería y también su casa. Es preguntarle sobre cómo le va Internet en su vivienda y se echa a reír. «Mal, eu teño un rapaz na Universidade en Vigo e cando foron os exames de xuño e xullo, pois resultou que dous exames se lle quedaron colgados», lamenta. Y no solo eso, sino que en estos tiempos de pandemia, cuando las clases on line están al orden del día, no es posible hacerlo con la seguridad tecnológica adecuada acorde con el tercer núcleo de población de Sanxenxo.

Obligado a viajar a Vigo

«Para seguir as clases on line é un problemón, porque de feito agora estamos pensando que, a semana que ven empezan on line, e terá que ir para Vigo, porque aquí non funciona», señala.

A Ana no le hace mucha gracia que su hijo tenga que andar de aquí para allá en estos tiempos de pandemia, aunque tenga un piso alquilado en Vigo, cuando todo estaría al alcance de un clic de ratón con una conexión buena, que se antoja imposible en la parte de Vilalonga donde vive. Recuerda que a su hijo, durante el confinamiento, la mitad del curso se le hizo muy complicado seguir las clases. «Na casa Internet non ten forza suficiente» indica y añade qué no hay compañía a la que dirigirse, porque nadie le da una solución.

«Preocúpame o dos fillos, porque é esencial para eles», resalta. El centro urbano de Vilalonga está a escasa distancia de su vivienda, los colegios los tiene a tiro de piedra y puede ver con solo asomarse a la ventana las casas donde sí hay fibra y los vecinos pueden disfrutar del lujo de conectarse sin dificultades.

«Eu xa cambiei en diferentes compañía e teño ese problema, que Internet non me vai», explica entre resignada y molesta. Lo peor, es que nadie le sabe decir si algún día la fibra de la que disfrutan sus vecinos llegará a su hogar.

Valoración crítica en hoteles

Las dificultades con Internet no solo le complican el día a día a los vecinos particulares. También dañan la imagen de la marca Sanxenxo. En un mundo como el actual, los clientes de los establecimientos hoteleros se fijan mucho en que las habitaciones y espacios comunes de sus alojamientos y restaurantes dispongan de wifi. En amplias zonas del municipio sanxenxino el servicio va a trancas y barrancas y eso tiene su reflejo en la valoración que los clientes dejan sobre su estancia. Un problema ajeno a los hoteles, pero que empaña sus desvelos por contentar a sus clientes.