Llevo poco más de un mes en Galicia y aún tengo muchas preguntas: Malo será, ¿qué significa? ¿Por qué te dan una tapita de bizcocho con el café? Mejor dicho, ¿por qué no lo hacen en Madrid?
Hay otro tema que me ha llamado la atención sobre mi nueva y preciosa ciudad, Pontevedra: ¿Por qué hay tanto abandono en el corazón de la ciudad? Hay una multitud de espacios en ruinas y no parecen que estén así por el covid.
Antiguas casas invadidas por malas hierbas, ventanas rotas, puertas cubiertas con pintadas. Este feísmo transmite una sensación de privación, algo que contamina sus alrededores.
Hace unos meses el economista y compatriota David McWilliams declaró el estado de casas vacías y edificios en ruinas en Irlanda una forma de vandalismo. «El abandono es antisocial. Los edificios abandonados generan una sensación de abandono y desprecio, lo que da permiso para aún más abandono».
¿Cómo hemos llegado a un punto donde unas de las ciudades más preciosas de todo el país tenga tanto vandalismo justo donde pasan miles de peregrinos y turistas cada año? No tiene sentido, ni social ni financiero y está perjudicando a la ciudad durante un momento de muchos cambios sociales y disruption.
Ahora nos toca actuar.
Después de todo lo que he pasado durante los últimos catorce meses, mucha gente está valorando su vida. Todo nos hemos dado cuenta de que lo importante es tener una vida saludable, aire limpio y espacios naturales.
Además, hemos mostrado que sí se puede trabajar con tanta productividad desde nuestras casas si conseguimos un equilibrio entre la vida laboral y social.
Hay grandes cambios pasando en España ahora. Soy prueba viviente. Hace muy poco yo cambié Gran Via y Callao por las Rías Baixas y la Praza Da Leña. Para mí la tierra verde, el mar, la música celta (y, claro, la lluvia) es home.
Ver espacios en ruinas me da una sensación de una tristeza inmensa, pero en la vida hay que ser positivos. Estos edificios son oportunidades; oportunidades para crear pisos económicos, espacios de coworking, think tanks y centros de digitalización para los sectores más tradicionales.
Para atraer gente joven y familias hay que crear la infraestructura que les permitan trabajar aquí. Si no, hay muchas otras ciudades que sí lo harán. Hay que darles más razones para venir más allá de la tremenda calidad de vida que disfrutamos en esta tierra.
En una ciudad todo está vinculado. Menos abandono resultaría en más espacios útiles para atraer empresas, más oportunidades de empleo, más vida.
Convertir estas ruinas en espacios útiles sería una inversión para garantizar el desarrollo sostenible de Galicia. Están a punto de finalizar las líneas del AVE para conectar la región con el resto del país.
Es ahora o nunca.
¿Cómo? Según McWilliams, para acabar con el abandono, hay que introducir una ley de use it or lose it (úsalo o piérdelo) para que haya incentivos para los propietarios que estén dispuestos a convertir su espacio en algo útil e impuestos para los que se nieguen a hacerlo. Si los propietarios han desafortunadamente fallecido, la Xunta de Galicia tiene que gestionar mejor el proceso de herencia. Sería en beneficio de todos.
Parece que la Xunta está realizando un trabajo muy importante para frenar la despoblación en la región. Eliminar el vandalismo es el próximo paso.
Inversiones así no son costes, son estrategias inteligentes para asegurar el futuro de Galicia. Espero nunca más ver un año como lo del covid pero nos ha dado una oportunidad enorme para dibujar un futuro ilusionante para la región.
No la desaprovechemos.