Un centro de ocio familiar en Vilaboa que va más allá de la diversión infantil
PONTEVEDRA
Mountain House busca crear hábitos solidarios entre los más pequeños
26 may 2021 . Actualizado a las 13:53 h.No quería un parque infantil ni una cafetería al uso. Buscaba crear un espacio que transmitiera calma y tranquilidad a las familias, pero también donde los más pequeños pudieran disfrutar. Siguiendo la filosofía de María Montessori e inspirándose en un estilo de decoración vintage, Alejandra Fernández abrió en plena pandemia el centro de ocio familiar Mountain House.
En su interior, el visitante parece transportarse a un refugio alpino, y es que Alejandra ha cuidado hasta el último detalle: «Toda la decoración son piezas auténticas, de los años 50 principalmente, y casi todo lo he restaurado yo misma». Al fondo del local se encuentra un rincón nostálgico con un pequeño museo de juguetes antiguos. La responsable del centro de ocio señala una pequeña trona de principios del siglo XX y unos vehículos franceses de 1906 cuelgan de la pared. La singular decoración también esconde puertas de caserones reconvertidas en mesa, camillas de madera para futbolistas transformadas en lámparas o los antiguos bancos de la estación de tren Holanda a modo de sofás.
Ya en la zona de juegos, cuatro toboganes son la antesala de la diversión para los más pequeños, pues al dejarlos atrás se descubre una zona de hinchables con barredora mecánica, campo de fútbol y el plato fuerte: la pista de los coches americanos. «Esto los vuelve locos porque además tienden a trompear y para ellos es muy divertido», comenta Alejandra Fernández, quien además explica que habilitaron una zona más tranquila para dar respuesta a niños con necesidades especiales, en donde pueden leer, jugar con Lego o dibujar en la pizarra.
Educando en valores
Más allá de la idílica ambientación vintage, uno de los aspectos que diferencian a este centro de ocio familiar de los parques infantiles habituales es la gran importancia que su dirección da a la labor social. Así, con sus actividades procuran crear hábitos solidarios entre la población infantil, educar en valores, ayudar a los más pequeños a crecer como personas y fomentar acciones voluntarias.
Para ello, en cuanto la situación de crisis sanitaria mejore, Mountain House contempla la puesta en marcha de dos proyectos muy especiales: «Entra uno...sale otro» y «Te haré soñar». En el caso del primero, Fernández indica que se trata de una iniciativa social a través de la cual las familias pueden donar juguetes, ropas o material escolar a cambio de una entrada al parque.
El segundo proyecto está dirigido a fomentar la escritura entre los más pequeños, de manera que aquellos que celebren su cumpleaños en el centro de ocio y escriban un relato breve, participarán en un concurso en el que se valorarán todos los cuentos del mes y de resultar seleccionado, la dirección correrá con los gastos del evento.
«Para mí la parte social es fundamental y en el momento en que esto pase, lo pondré en marcha con el objetivo de ayudar a las familias más necesitadas de Vilaboa y, más adelante, poder ampliar el abanico de la ayuda a otros municipios», afirma Alejandra Fernández, quien añade que no descarta «cruzar fronteras» y en un futuro destinar un porcentaje de sus beneficios, por ejemplo, a Manao, una región muy maltratada de Brasil.