Alfredo Otero: «Levo 45 anos na comisión de festas e metéuseme na cabeza facer a virxe da Lanzada»
PONTEVEDRA






Un vecino de Noalla, en Sanxenxo, reproduce la talla de Nosa Señora da Lanzada para su vivienda
28 ago 2021 . Actualizado a las 21:31 h.Alfredo Otero Prieto (Sanxenxo, 1948) siente una gran devoción por la virgen de A Lanzada y tras más de un año y medio de trabajo está a punto de concluir una talla que la reproduce, con el objetivo de que luzca en el patio principal de su vivienda, en el lugar de O Casal, justo al lado de la carretera que va desde Vilalonga a Fonte de Ons. «Levo 45 anos na comisión de festas e un día metéuseme na cabeza que a ía facer», explica este vecino, que cuenta con la colaboración de un sobrino, José Luis Torres Muñiz, a quien encargó la construcción del pequeño santuario que guardará la imagen y que reproduce la forma de una concha marina.
Otero precisa que su profesión no es carpintero, sino albañil, pero añade que para reproducir el original, se desplazó en muchas ocasiones hasta la ermita para tomar las medidas de cada uno de los elementos de la imagen en el altar. «Deseñeina medindo pola imaxe, ía á capela, tomaba todas as medidas, porque todo ten a súa orixinal», recalca. Así la estatua de su casa tiene 1,17 metros y esta precisión con los detalles también lo asumió con toda la escultura. «O meniño tamén ten a súa medida», comenta.
La reproducción de la virgen de la ermita es una talla de gran porte. Es la segunda escultura que ha elaborado en su vida. «Antes fixera un santiño, un frade con libro, pero desapareceu».
Este proyecto le está llevando más de un año y medio y se encuentra próximo a rematar. «Empecei un pouco antes da pandemia e despois, co confinamento, foi cando me deu tempo a traballar todos os días. Pasaba aquí dúas ou tres horas e cando vía que non estaba despexado collía e marchaba», relata. ¿Cuántas horas destinó a este proyecto? «Moitas, nin idea», responde.
«Madeira de ameneiro»
La obra es de «madeira de ameneiro». Otero indica cómo la consiguió. «Díxenlle a unha veciña, ou mo vendes ou mo regalas, unha de dúas. Ela díxome, ‘¿faite falta?’. Pois si, contestei e ela me dixo, ‘entón aí o tes, córtao e fai o que queiras con el’». Dicho y hecho. Este vecino de Noalla taló el árbol, llevó el tronco a casa y empezó a darle forma, guiado por una foto y por las medidas que iba tomando cada cierto tiempo en el santuario de A Lanzada.
La pintura la compró en un establecimiento comercial en Pontevedra, las coronas las adquirió en un local religioso de la misma ciudad y también, para no dejar atrás ningún detalle, consiguió en Cambados unos bordados que le colocará a la virgen cuando el altar del patio esté rematado.
Ahora considera que no tiene sentido poner esa decoración final, que reproduce el manto de la virgen, porque todavía falta una capa de pintura final. «Cando teña a casa terá que ir como é debido, pero agora non llos poño porque aquí colle po e é unha pena que se manche», comenta.
Un altar con motivos marinos
Alfredo Otero lo tiene todo pensado. Para que no haya dificultad a la hora de mover la imagen, la ha vaciado por dentro con una trencha de herrero. Con eso logró que se aligerase considerablemente el peso, pero todavía sigue siendo complicado mover la talla. La solución está en cuatro ruedas pequeñas que pondrá por la parte de abajo y que así permitirán moverla sin tener que arrastrarla por el suelo ni cansar a nadie.
La ubicación final es una estructura a modo de concha marina, elaborada «con cal, palla, area e cemento branco». La está construyendo José Luis Torres Muñiz, de O Grove, y tiene las dimensiones adecuadas para contener la reproducción de Nosa Señora da Lanzada. Además, la idea de Otero es poder ponerle iluminación. Asimismo, recalca que su idea está teniendo buena acogida en el entorno y le pedirá al cura que acuda a bendecirla. «Cando os veciños a ven gústalles moito», concluye.