De participar en la Guerra de Cuba y combatir a los Carlistas a acudir a misiones internacionales, el Regimiento de Infantería Isabel la Católica es la columna vertebral de la brigada pontevedresa
18 ene 2022 . Actualizado a las 05:00 h.La misión que comenzó hace apenas unas semanas la Brilat en Irak no generó, ni mucho menos, la polémica que provocó su anterior despliegue en este país. Fue en diciembre del 2003 cuando la brigada pontevedresa culminó su sexta misión internacional, la primera que realizaba fuera de Los Balcanes y la primera en la que encabezaba el operativo militar internacional desplazando 342 militares —51 oficiales, 77 suboficiales y 214 soldados—. Fueron cinco meses muy complicados en los que la unidad acuartelada en la base General Morillo perdió al sargento Luis Puga y en los que el contingente tenía que patrullar en un clima de hostilidad permanente, mientras a casi seis mil kilómetros, en España, se sucedían las movilizaciones bajo el grito unánime de «no a la guerra».
Al frente de aquel despliegue se situó el por entonces general Alfredo Cardona Torres, quien había comandado en el pasado al Regimiento de Infantería Ligera Aerotransportable Isabel La Católica, la columna vertebral de la Brilat, la unidad sobre la que paulatinamente se ha ido constituyendo la brigada pontevedresa y que fue creada ahora hace 150 años. De hecho, el propio Ejército de Tierra rememora esta efeméride reseñando que se constituyó en 1872 ostentando «en su bandera una corbata de San Fernando, por la Acción de Cerro Muriaín, en 1875» en la que vencieron a las tropas Carlistas.
No obstante, para remontarse a los orígenes de la unidad hay que retrotraerse varios siglos atrás, al 1580, año de creación del Tercio de Zamora, que recibió el sobrenombre de El Fiel y sobre cuya tradición se sostiene el regimiento pontevedrés. De hecho, sus tropas fueron protagonistas durante la Guerra de Flandes del conocido como milagro de Bommel, una acción militar que relata el porqué la Virgen de la Inmaculada es la patrona de la infantería desde finales del XIX.
El primer acuartelamiento del Regimiento Isabel la Católica no se situó en Galicia, sino que se ubicó en Cáceres con la denominación de Batallón de Reserva de Cáceres, si bien posteriormente se cambiaría al de Ávila. No obstante, no sería hasta el final de la Guerra de Cuba que el regimiento no adoptó el nombre de la monarca y lo hizo por la fusión de dos unidades que participaron en la contienda independentista.
Así, por un lado, en 1896 los militares asentados en Extremadura conformaron la base del primer Batallón de Luzón que partió del puerto de A Coruña para combatir en Cuba.
Por otro, cuatro años antes, en esta isla y por cuestiones económicas, cuatro batallones de cazadores fueron sustituidos por una compañía de guerrillas y un regimiento de infantería de línea, que fue bautizado como Isabel la Católica número 75.
Desde el Ejército de Tierra rememoran que ambas unidades «intervinieron activamente en la Guerra de Cuba, escribiendo páginas gloriosas en sus historiales», como la gesta del coronel Escario con la columna del Isabel la Católica. Tras la pérdida de la ínsula caribeña, «se disuelven los Cuerpos de Ultramar y se entregan las Banderas de los Regimientos de Cuba» para, posteriormente, producirse la fusión de las dos unidades.
Desde entonces, y ya entrado el siglo XX, el regimiento sufrió una serie de cambios en su denominación, así como estuvo acuartelado en A Coruña antes de asentarse definitivamente en Pontevedra. En los albores del siglo pasado, sus militares comenzaron a tomar parte en despliegues internacionales, caso de las misiones de paz en Bosnia-Herzegovina, Kosovo y Afganistán, donde el 16 de agosto del 2005 el regimiento perdió a doce de sus integrantes al accidentarse un helicóptero Cougar. También de este regimiento era Idoia Rodríguez, la primera soldado muerta en un despliegue en el exterior como consecuencia de un atentado terrorista ocurrido el 21 de febrero del 2007 en Shindand (Herat).
El presente
De igual modo, ya fuera como contingente o a título individual para puestos específicos, sus militares han estado presentes en distintos escenarios de operaciones. Centroamérica, Mali, Pakistán, Líbano, Mauritania... e Irak. Cuando se han cumplido dieciocho años de aquel primer despliegue, la Brilat ha vuelto a pisar este país asiático, al que han desplazado 125 soldados, en su mayor parte procedentes del acuartelamiento que la brigada mantiene en la localidad asturiana de Siero con aportaciones del cuartel General Morillo de Pontevedra. El propio general Luis Cortés Delgado reconoce que «esta operación de apoyo a Irak es muy distinta a la que la Brilat realizó durante el año 2003. Actualmente, el cometido principal de nuestro contingente es proporcionar seguridad y protección a los mentores e instructores que la OTAN tiene desplegados en Bagdad en el marco de la Operación NATO Mission Iraq, una misión de asesoramiento, adiestramiento y desarrollo de capacidades en Irak que la Alianza lanzó a partir de octubre del año 2018».