Veinte años del Parque Nacional Illas Atlánticas de Galicia

Marcos Gago Otero
Marcos Gago BUEU / LA VOZ

PONTEVEDRA

La normativa reforzó la protección de la biodiversidad y estableció normas precisas para el turismo y la navegación en Ons, Cíes, Sálvora y Cortegada

01 jul 2022 . Actualizado a las 09:48 h.

El Parque Nacional Illas Atlánticas de Galicia cumple hoy veinte años. La Ley que permitió constituir el que sigue siendo hasta ahora el único Parque Nacional en Galicia se firmó el 1 de julio del 2002 tras una larga tramitación en las Cortes Generales. Las islas se regulan por esta Ley y por una normativa desarrollada por la Xunta, el Plan Rector de Usos e Xestión (PRUX), que estableció por primera vez, entre otras cuestiones, un cupo máximo de visitantes a las islas, como medida para evitar la saturación. Ons sigue siendo la única isla que está habitada todo el año, aunque el número de vecinos es pequeño. Precisamente esta característica singular para el enclave buenense ha sido una fuente de conflictos intermitentes entre los vecinos y los gestores de Illas Atlánticas, la Consellería de Medio Ambiente, aunque se ha llegado a un acuerdo que reconoce a los isleños su condición como concesionarios de sus casas y fincas y se les reconoce también su derecho a visitar y residir en Ons todo el tiempo que quieran y fuera del cupo que se fija para los visitantes ajenos a los descendientes de la comunidad insular que residió en este enclave hasta la década de los setenta del siglo XX.

En su declaración como Parque Nacional, la Ley explicaba que, entre sus objetivos, se encontraba «proteger la integridad de los ecosistemas ligados a zonas costeras y a la plataforma continental de la región eurosiberiana», así como «asegurar la conservación y recuperación, en su caso, de los hábitats y las especies, así como la preservación de la diversidad genética». También se promueve «la protección, recuperación, fomento, difusión de sus valores medio ambientales, y de su patrimonio natural, regulando de forma compatible con su conservación tanto la actividad investigadora y educativa como el acceso a los visitantes». Además, se busca «promover y apoyar en el interior del parque las actividades tradicionales compatibles con la protección del medio natural» y proteger el patrimonio de este ecosistema litoral.

En estos veinte años y en el marco de estas medidas de protección ambiental, en el Parque Nacional se han hecho importantes actuaciones destinadas a proteger a las colonias de cormorán moñudo y gaviota patiamarilla, que son las principales de la península Ibérica. Asimismo, se han hecho estudios genéticos sobre los anfibios y los reptiles de las islas Cíes y Ons; y adoptado medidas para la supresión de depredadores invasores que causaban estragos en estos archipiélago como la retirada de gatos y la erradicación de visones americanos y ratas negras. 

Asimismo, se han tomado medidas para regular el turismo, tras los episodios de saturación que se produjeron hace años en Cíes y que también acabaron afectando a Ons. El Parque Nacional impone una cuota de 1.800 visitantes al día en Cíes, 1.300 visitantes en Ons y 250 para Sálvora y Cortegada. Además se han regulado los cámpings y acotado zonas vedadas a los turistas para no afectar a la fauna y la flora.

Uno de los principales retos que afrontó Illas Atlánticas en estos veinte años fue el naufragio del petrolero Prestige en noviembre del 2002, que asfaltó de chapapote las playas de las islas, convertidas en el último bastión de defensa de las Rías Baixas. Ons y Cíes se llevaron la peor parte de esta tragedia ambiental en la provincia, al servir de parapeto de la entrada de las rías de Pontevedra y Vigo.

Fuel del Prestige en Ons en diciembre del 2002
Fuel del Prestige en Ons en diciembre del 2002 XOAN CARLOS GIL

Las rocas teñidas de negro viscoso y las playas que parecían más una carretera recién asfaltada que un litoral de arena fina forzaron incluso al Gobierno de Aznar en aquel momento a enviar al Ejército para contribuir a la limpieza que estaban haciendo por tierra y por mar los marineros y los vecinos de las Rías Baixas en todo tipo de barcos y sin apenas medios. Los marineros salvaron las rías, pero el daño en las islas tardó todavía años en desaparecer. 

En la actualidad, las Illas Atlánticas están limpias de fuel. Las playas hace tiempo que volvieron a ser de arena fina y las rocas ya no se ven negras. Cíes, Ons, Sálvora y Cortegada se han convertido en uno de los emblemas ambientales de Galicia y la playa de Rodas en su buque insignia, con una proyección internacional única desde que en el 2007 los lectores del periódico The Guardian la calificasen como la isla más bonita del mundo. El Parque Nacional ha ido acumulando reconocimientos a su trabajo ambiental, de investigación científica, promoción turística y educativa y a una gestión sostenible.

Canexol, en Ons, en la actualidad
Canexol, en Ons, en la actualidad pineirons

La última novedad en las islas está en Ons, donde los arqueólogos han descubierto un complejo industrial romano, que duró varios siglos, en la playa de Canexol y un poblado de grandes dimensiones, con muralla incluida, en Castelo dos Mouros. También se están haciendo hallazgos históricos en Sálvora. Además de su gran riqueza natural, histórica y paisajística, las islas son también un lugar excepcional para observar la noche estrellada, por lo que lograron el reconocimiento del proyecto Starlight.

El Parque Nacional afronta ahora el reto de mantener ese equilibrio entre sus distintos ejes de acción: la preservación ambiental y la lucha contra los efectos del cambio climático, la investigación científica y la divulgación educativa y la promoción turística sostenible, sin olvidar a la comunidad de isleños de Ons, única en el norte de España.