Alcaldes en contraste

PONTEVEDRA

Lores y Tino Fernández, esta semana en la sede del Consejo de Europa, en Estrasburgo
Lores y Tino Fernández, esta semana en la sede del Consejo de Europa, en Estrasburgo JOAQUÍN BARREIRO

Mientras Fernández Lores continúa su apostolado para vaciar las ciudades de tráfico, González Formoso atrae a Ence y otros inversores para generar 1.300 empleos

03 jul 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

La semana nos ha dejado un contraste rotundo entre dos modos de entender la responsabilidad de ser alcalde y de defender la creación de oportunidades entre sus convecinos. Una comparación entre dos regidores que son, además, referentes de sus respectivos partidos políticos. Mientras el pontevedrés, Miguel Anxo Fernández Lores acudía a un nuevo foro internacional, esta vez en el Parlamento Europeo, a ejercer apostolado de vaciar las ciudades de coches; su colega de As Pontes de García Rodríguez, Valentín González Formoso, se empeñaba hasta las trancas en atraer y dar facilidades a empresas como Ence y colaborar con la Xunta para atraer inversiones industriales a su concello, que van a crear del orden de 1.300 empleos en una comarca tan castigada como Ferrolterra.

La comparación tiene que ver con el cómo entienden dos alcaldes de izquierdas el papel a desarrollar en el ejercicio de su cargo público, para impulsar que surjan oportunidades de crecimiento en sus respectivos municipios. Si el contraste entre Lores y Formoso es acentuadísimo, ya qué decir del que resulta de comparar al alcalde de As Pontes con su compañero de partido y portavoz municipal socialista en Pontevedra. El seguidismo de Tino Fernández, vicealcalde por la gracia del pacto de legislatura con el BNG que le procura un sueldo anual de 60.000 euros brutos, ha sido criticado hasta por el propio Formoso quien decía esta semana en unas declaraciones que el PSOE en Pontevedra tiene que dejar de ser «comparsa» y pasar a liderar una alternativa de gobierno municipal. No olvidemos que González Formoso es el actual secretario general del PSOE gallego y quien tendrá mucho que decir sobre el póster electoral que se presente en cada concello.

Papel tisú

Mientras Lores sigue conjurado en cerrar más calles al tráfico, imponer velocidad 10 kilómetros por hora y convertir Pontevedra en un parque temático de bolardos, terrazas, plataformas únicas y vías peatonalizadas, aunque suponga complicar sobremanera la actividad económica; Formoso tiene súper claro que no se puede criminalizar al sector industrial y que el rescate de Ferrolterra pasa necesariamente por abrir las puertas y atraer a las nuevas inversiones que traerán emprendimientos que generarán centenares de puestos de trabajo directos e indirectos.

Por cierto: uno de esos emprendimientos, la fábrica de papel tisú que abandera Ence consumará en As Pontes, el ciclo productivo que se pretendió consolidar en Lourizán hace dos décadas. Cuando la pastera planteó una alianza estratégica con la papelera norteamericana Georgia Pacific, en un emprendimiento que fue apoyado por la Xunta presidida por Manuel Fraga. Las trabas burocráticas que puso el Concello, ya con Lores en su segundo mandato, y la incertidumbre sobre la concesión donde está asentada la celulosa, espantaron a los norteamericanos que, finalmente, montaron la papelera en Navarra.

Ahora, Lores ha querido ver en el proyecto anunciado por Ence para As Pontes, que el traslado de la celulosa, sería posible. Algo negado taxativamente tanto por empresa como por la Xunta que insisten en que se trata de actividades fabriles distintas y complementarias. Por su parte, Formoso lamentó que la solución de futuro de la celulosa se haya judicializado sin que prosperase una alternativa consensuada. Aunque el dirigente socialista olvide —interesadamente— que la ministra de Transición Ecológica ha fracasado con el compromiso público que adquirió cuando convocó la mesa de negociación que lleva meses difunta.

Es verdad que Pontevedra tiene serias diferencias de tipología laboral con respecto a la comarca ferrolana que mantiene una dependencia clásica del naval, la siderurgia y la central térmica de Endesa. Pontevedra, en cambio, se ha ido vaciando, no solo de coches sino también de empleo industrial con la desaparición de fábricas como Tafisa, Elnosa, Metalúrgica Rías Baixas y otras.

Funcionarios y jubilados

Esta ciudad viró hasta convertirse en una urbe residencial y de servicios donde, hoy en día, el principal empleador son las administraciones públicas, que generan cerca de 10.000 puestos de trabajo entre sanidad, educación, fuerzas armadas y de seguridad, además de Delegación Territorial de la Xunta, Diputación, Subdelegación del Gobierno y Concello. Hay un cliché ya extendido de que Pontevedra es una «ciudad de funcionarios y de jubilados». El mismo gobierno municipal que tenemos es un fiel reflejo de esa tipología, con predominio de funcionarios y jubilados.

En cuanto a las clases pasivas, hace un año La Voz de Galicia publicó, citando datos de la Tesorería de la Seguridad Social, que en esta capital y en los 14 concellos del área, hay 45.500 jubilados con pensiones contributivas a los que hay que añadir 3.000 que reciben pagas no contributivas.

Con semejantes perfiles, el resto de los segmentos de ocupación laboral en la ciudad de Pontevedra, dependen de la iniciativa privada que, pese a todas las trabas, genera unos 20.000 empleos por cuenta ajena, según datos de la Encuesta de Población Activa. Especialmente destacable es el número de autónomos y emprendedores que la EPA cifra en 5.400 y que, sin duda, están muy enfocados al sector servicios, al que debería de ayudar y no ahogar el «modelo de cidade».