Protocolo para casos de sumisión química en el área de Pontevedra: así tiene que actuar el personal sanitario
PONTEVEDRA
El documento define las sustancias más habituales y los indicadores de sospecha
11 ago 2022 . Actualizado a las 05:00 h.El área sanitaria de Pontevedra y O Salnés ya dispone, al igual que las restantes de Galicia, de un protocolo de actuación ante casos sospechosos de sumisión química. El documento, elaborado por el Sergas, tomó como base el que se elaboró con anterioridad en el servicio de urgencias del área de Ourense y se adaptó a un formato común.
El protocolo define las sustancias más habituales en los casos de sumisión química y los indicadores de sospecha que deberá tener en cuenta el personal sanitario de Pontevedra y O Salnés, tanto de atención primaria como de urgencias hospitalarias. En el caso de urgencias, establece los motivos de consulta que deben registrarse en la historia clínica durante el proceso de triaje y hace recomendaciones como la anamnesis (preguntas al paciente) en un box cerrado y la exploración física ante testigos tanto sanitarios como, si así lo quisiera la víctima, de acompañantes suyas. El documento también fija las pruebas diagnósticas a realizar, tanto para detectar consecuencias clínicas de la sumisión química como para descubrir las sustancias empleadas en el presunto delito.
Asimismo, indica los marcadores a realizar a la hora de la petición de estas pruebas mediante el sistema de historia clínica electrónica y define el procedimiento médico legal para, tras la denuncia, recoger estas muestras y garantizar una cadena de custodia en colaboración con las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado y del Instituto de Medicina Legal de Galicia (Imelga). También establece la necesidad de extender un parte de lesiones en todos los casos y marca unas pautas de seguimiento clínico posterior.
Según el Instituto Nacional de Toxicología, las drogas usadas en las sumisiones químicas pueden ir desde benzodiacepinas hasta alcaloides como la burundanga, analgésicos como la ketamina o el fentanilo, pasando por barbitúricos como el éxtasis líquido (GHB) u opiáceos, LSD y otros derivados alucinógenos.