






La burocracia obstaculiza la reparación de los callejones de este litoral
09 dic 2022 . Actualizado a las 05:00 h.Cuatro accesos permiten comunicar la avenida de León —travesía de la PO-308— con las playas de A Carabuxeira y Lavapanos, en Sanxenxo. Los cuatro son intransitables para una persona en silla de ruedas, complicados para una persona con movilidad reducida, difíciles para un niño pequeño y con un aspecto más propio de principios del siglo XX que del XXI. Para más inri, se encuentran enclavados en el corazón de la capital turística de las Rías Baixas. A unos diez minutos andando están las playas de Panadeira y Silgar, dos de los rincones más visitados de la provincia en verano. Carabuxeira no solo tiene un problema de falta de arena.
Estos accesos, precisamente, se quedaron fuera del proyecto de la segunda fase de regeneración ambiental de la playa por una decisión de Costas, departamento competente para autorizar cualquier obra en ellos al estar en domino público marítimo terrestre. Costas se opuso, en su informe sobre el proyecto impulsado por el Concello, a la creación de un paseo marítimo entre Lavapanos y A Carabuxeira. Y en su dictamen también se pronunció contra los accesos, de tal forma que la Consellería de Medio Ambiente, que aprobó el impacto ambiental del resto de la actuación, los entiende, por lo menos por ahora, por irreformables.
El acceso más amplio y mejor habilitado de este tramo litoral está en uno de los extremos de Lavapanos. En este lugar, las Administraciones estatal, autonómica y provincial sí se pusieron de acuerdo para adecentar las escalares que bajan desde la avenida de León hasta la playa. Todo bien hasta que se llega al riachuelo que las circunda y desemboca en la playa. Tal y como está es imposible que una persona con movilidad reducida llegue a la playa. Una silla de ruedas podría acercarse por el vial hormigonado debajo del puente que sostiene la carretera, pero tampoco pasaría de allí.
El siguiente acceso, también a Lavapanos, son las escaleras del Herpi, objeto de una batalla jurídica. El paso está abierto, las escaleras llegan desde la calle hasta la arena, pero si una persona tiene problemas de vértigo, mejor que no lo intente, porque no llegaría al final. Ya no digamos una silla de bebé y si se va con niños pequeños, mejor tenerlos bien sujetos para que no se caigan.
Un paso estrecho, sombrío y hormigonado conduce a la playa de A Carabuxeira desde la avenida de León hasta la arena. Cuesta encontrarlo a primera vista, no está iluminado, aunque sí señalizado con un cartel, verdín en el suelo, y remata en unos peldaños que en otro tiempo fueron una escalera y que no tienen barandilla.
El cuarto pequeño vial es otro callejón, donde también lo único moderno es el cartel que pone «acceso ao mar». Al final hay barandilla, que acaba con los escalones rotos sobre las rocas. Como en el anterior, mejor bajar con cuidado.