El director del Museo Nacional de Poznan a los pontevedreses sobre la restitución de los cuadros expoliados por los nazis: «Estamos conmovidos»
PONTEVEDRA
Una delegación de la Diputación y del Museo de Pontevedra acude a Polonia para la ceremonia oficial de devolución de un díptico robado en 1944
17 mar 2023 . Actualizado a las 16:59 h.Un díptico del taller del artista flamenco Bouts, de finales de la Edad Media, ha vuelto a su casa en el castillo de Goluchow. Los dos cuadros, un Ecce Homo y una Dolorosa, fueron devueltos a Polonia por el Museo de Pontevedra, dependiente de la Diputación, tras la identificación de estas dos obras de arte como procedentes del saqueo de los nazis sobre el patrimonio cultural polaco en la Segunda Guerra Mundial.
El director del Museo Nacional de Poznan, Tomasz Lecki, recibió este jueves a una delegación pontevedresa, formada por el vicepresidente de la Diputación, César Mosquera; los diputados María Ortega Carlos López Font, así como el director del Museo de Pontevedra, José Manuel Rey, Lecki expuso a los representantes gallegos la gratitud de todos los polacos por la entrega de estos cuadros, de forma voluntaria y por un acuerdo unánime de la Diputación.
«Estamos conmovidos». Así inició su encuentro con la delegación pontevedresa para explicarles lo que significa para los polacos la restitución de los dos cuadros expoliados. Destacó Lecki la «actitud tan noble de proceder con la devolución de estos dos cuadros en cuanto en Pontevedra se enteraron del origen del díptico», añadió. Los dos cuadros del taller de Bouts fueron adquiridos por la familia Czartoryski en el siglo XIX, grandes coleccionistas de arte. Cuando estalló la Segunda Guerra Mundial, estas obras de arte fueron escondidas en Varsovia, pero los nazis los descubrieron y los custodiaron en un museo de la capital polaca. Cuando Varsovia se alzó contra los alemanes en 1944 y tras el sofocamiento a sangre y fuego del levantamiento, los nazis se llevaron los cuadros y se les perdió la pista.
Larga trayectoria hasta España
De esta forma, nadie supo que un díptico que apareció en el mercado del arte de Madrid en 1973 procedía de un botín nazi. Ambos cuadros los compró Fernández López, uno de los grandes mecenas del Museo pontevedrés, que acabó cediendo en depósito su pinacoteca a la ciudad del Lérez en 1981. Años más tarde, en 1994, el Museo de Pontevedra compró los 313 cuadros de la colección Fernández López, con el díptico incluido. Nadie sospechaba que eran arte robado, ni su comprador ni el Museo provincial.
Fue durante el confinamiento cuando una inspección rutinaria de catálogos y fondos de museos que la Administración polaca realiza para seguir la pista de cientos de miles de piezas de arte robado, logró identificar los cuadros. Puesto en contacto con los pontevedreses, el director de la institución provincial, José Manuel Rey, manifestó que quedaron en estado de «shock» al saber que dos de sus cuadros de finales del siglo XV y de gran calidad procedían de un origen tan turbio. Hechas las comprobaciones y estudios pertinentes, se pudo demostrar más allá de cualquier duda de que los dos cuadros eran los que los alemanes se habían llevado de la colección Czartoryski.
Una de las dificultades era que los cuadros nunca se habían difundido con sus marcos originales, que se conservaban también en los fondos pontevedreses. Esos marcos y las propias características de las pinturas demostraron que había una «identificación inequívoca», resaltó Rey. Eran los cuadros expoliados.
El director del museo pontevedrés destacó la importancia del gesto de la devolución de las dos piezas. Calificó este acto como una forma de «reponer una injusticia histórica» con la entrega del díptico al museo del que nunca debió salir.
Tomasz Lecki indicó, en su encuentro con la delegación pontevedresa, que el díptico se encontraba ya en el castillo de Goluchow, donde este viernes tendrá lugar la ceremonia oficial de restitución del díptico, con la asistencia de representantes de España y del ministro de Cultura de Polonia. Lecki apuntó que la restitución del díptico permitiría ampliar los estudios sobre Bouts y su taller, así como abrir nuevas vías de colaboración entre Pontevedra y Polonia. Bouts vuelve a deslumbrar, ya sin ninguna sombra.