En el banquillo se sentarán doce acusados vinculados con la familia de El Sevilla
30 may 2023 . Actualizado a las 09:47 h.El juicio celebrado este jueves en la Audiencia de Pontevedra puso el foco de nuevo en el asentamiento marginal de O Vao. La veintena de acusados relacionados con los cuatro clanes que se repartían el negocio de la droga en O Vao de Abaixo aceptaron penas de prisión como colofón a la operación Clavao que la Guardia Civil desarrolló en octubre del 2018. Aquella investigación descabezó el trapicheo en este poblado, lo que unido a la presión policial, hizo que cobrará fuerza el principal clan que operaba en O Vao de Arriba.
No tardó mucho tiempo en producirse una nueva redada, esta vez, centrada en el clan del Sevilla, quien fue arrestado junto con su esposa, el hijo de ambos, conocido con el sobrenombre de Pinocho, y los que la Policía Nacional consideró sus principales colaboradores. Este operativo, además, no solo se centró en el poblado de Poio, sino que también permitió arrestar en Algeciras y A Coruña a los supuestos suministradores de la droga que luego se vendía en O Vao.
De este modo, la Fiscalía de Pontevedra dirige su acusación contra doce personas para las que pide penas de prisión que se mueven entre los tres y los diez años de prisión. En esta semana que ahora comienza podría rubricarse un acuerdo similar al refrendado con las cuatro familias de O Vao de Abaixo.
La investigación, asumida por la Unidad de Drogas y Crimen Organizado (Udyco) y el Grupo de Tráfico Medio de Pontevedra, permitió concretar que, entre agosto del 2018 y febrero del año siguiente se coordinaron para hacer acopio y comercialización de estupefacientes, heroína y cocaína, que posteriormente distribuían. Estas ventas, según añaden desde el ministerio público, se realizaban desde una chabola o «concertando la entrega de determinadas partidas de estupefacientes por vía telefónica o telemática».
De este modo, al tiempo que detalla algunas transacciones llevadas a cabo durante estos meses, se refiere el arresto de uno de los sospechosos a finales de diciembre cuando circulaba por la AP-9 transportando una partida de cerca de trescientos gramos de heroína, valorados en aproximadamente 87.850 euros. Ya en enero, en un operativo similar fueron decomisados otros 105 gramos de esta misma sustancia estupefaciente que alcanzarían un valor de 5.277 euros en el mercado ilícito.
Pero no solo las transacciones se realizaban en mano, sino que también se empleaban empresas de mensajería. Así fue el caso de más de diez kilos de hachís.
Intento de atropello
La Policía Nacional relaciona con estas operativas a uno de los sospechosos de ejercer de suministrador de cocaína y hachís, Alejandro M. B., quien presuntamente intentó atropellar a uno de los agentes intervinientes. El fiscal sostiene que, a bordo de un Audi A6, se percató de que era objeto de un seguimiento, por lo que aceleró bruscamente.
El fiscal añade que, en el momento de ser interceptado, uno de los policías se situó delante del coche del sospechoso. Este vecino de Sanxenxo «durante unos instantes no movió el vehículo», pero, en un momento dado, «maniobró repentinamente marcha atrás y, seguidamente, aun viendo que el agente se encontraba delante del vehículo (...) aceleró bruscamente hacia adelante dirigiendo el vehículo contra el agente». «Este solo pudo evitar ser atropellado haciéndose apresuradamente a un lado», sostiene el fiscal por unos hechos por los que solicita una condena de cuatro años por atentado que se suman a los seis años y multa de 120.000 euros que se piden por un delito contra la salud pública.
Una compra de hachís en el Campo de Gibraltar desencadenó la investigación
La operación Gepetto, curiosamente, tuvo su origen a mil kilómetros de distancia del poblado de O Vao de Arriba. Así, en su día, desde la Policía Nacional destacaron que la investigación se inició, meses antes de producirse la redada de febrero del 2019, cuando los agentes «detectaron una compra de hachís en el Campo de Gibraltar por parte de un individuo afincado en la zona de Sanxenxo para su posterior venta en Galicia».
Las pesquisas posteriores determinaron que esta persona, al parecer, mantenía una gran vinculación con un distribuidor de heroína en el asentamiento de Poio. De este modo, el 9 de febrero del 2019, el sospechoso fue arrestado «cuando circulaba con su vehículo y le incautaron un kilo de cocaína. Con su detención se desencadenó el inicio de la operación Gepetto».
Esta conllevó, además de las detenciones, cinco registros domiciliarios en diferentes localidades de Pontevedra: el propio poblado de O Vao de Arriba, Vilaboa, Poio y Sanxenxo, en los que fueron incautados 1.072 gramos de heroína, 1.073 gramos de cocaína, 12.072 gramos de hachís y 1.295 gramos de sustancia de corte.
La redada movilizó a un importante número de policías adscritos a distintas unidades, caso de los GOES (Grupo de Operaciones Especiales), la UIP (Unidad de Intervención Policial) o las Guías Caninos, servicio de helicóptero y el GOR (Grupo Operativo de Respuesta) de Pontevedra.