Un plan de 25 millones frente a las grandes crecidas históricas del Lérez

Lars Christian Casares Berg
ch. casares PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

CAPOTILLO

Transición Ecológica compromete la recuperación de las márgenes del río

15 may 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

El ingeniero Carlos Nárdiz que participó en la elaboración del Plan General de Pontevedra de finales de los ochenta, todavía en vigor, estimaba en conversación con La Voz de Galicia allá por el 2006, que la construcción del tercer puente sobre el río Lérez, el que conecta con la carretera de Santiago, obligó a reducir el cauce en un 50 % de su superficie inicial. El viaducto mide, tal y como fue construido en la década de los setenta, 99 metros de largo. Se trata de una construcción de hormigón «cuyos estribos —asegura Nárdiz en un trabajo sobre las intervenciones urbanas en los ríos de Galicia— redujeron a casi la mitad el ancho del río, con el fin de que pudiera prolongarse en un futuro con la ampliación de la avenida del Uruguay Corbaceiras del otro lado del río Lérez». El puente entró en funcionamiento en 1983.

No es la única infraestructura que ha condicionado la anchura natural del río Lérez. El puente de los Tirantes supuso una invasión de al menos un tercio del total que ocupaba el río a su paso por donde se levanta ahora el puente, que se inauguró en 1995. ¿Qué pasa cuando se constriñe un río a su paso por una ciudad?

Al igual que ocurre con otros fenómenos climáticos, las grandes avenidas de los ríos tienen también su cadencia. Se producen cada cincuenta, cien o quinientos años. Y lo cierto es que existen precedentes históricos. Como recuerda el historiador Xosé Fortes en su libro Pontevedra en el espejo del tiempo, el puente de O Burgo, que dio origen a la ciudad, padeció en más de una ocasión la fuerza de las aguas. «El 26 de noviembre de 1646 —escribe Fortes— una enorme crecida del Lérez estuvo a punto de derribar el puente. Los numerosos árboles arrastrados por la corriente taponaron casi por completo sus ojos convirtiéndolos en una presa incapaz de contener el empuje de las aguas». El puente se hubiese caído de no ser por la intervención de un héroe local. El cantero Juan Bouzán «y un modesto y desconocido obrero —narra Fortes— Juan Docampo» se arriesgaron, casi cubiertos por las aguas a cruzar el puente y derribar el pretil.

Un puente salvado

Las aguas arrastraron la maleza y el puente se salvó. Claro que entonces el río era mucho más ancho, las márgenes no se habían ocupado para construir infraestructuras educativas y deportivas, viales y escolleras que hacen que el Lérez fluya más fuerte, más rápido e inundando, de tanto en tanto, el terreno que le fue un día arrebatado.

Ahora hay sobre la mesa un plan para mitigar en lo posible los desmanes que se hicieron en su día rellenando las orillas del río al que Pontevedra debe su nombre.

El ministerio de Transición Ecológica ha comprometido una actuación de 25 millones de euros que supondrá, entre otras cosas, la reordenación, recuperación y avance de la parcela ubicada delante del Pabellón Municipal de los Deportes, de dominio público marítimo terrestre. Entre la Illa das Esculturas y A Xunqueira de Alba se desarrollará un proyecto denominado «Entrepontes», dentro de la estrategia Pontevedra Flúe, que plantea la restauración de las márgenes del río, entre Os Tirantes y As Correntes, rompiendo el muro de contención del canal del río, generando una bajada suave en pendiente para poder tener un mejor acceso al cauce, que permita incluso mojar los pies, y dando lugar a un corredor verde por el río, con terrazas y vegetación de ribera.

«O que se proxecta nesa parte do río Lérez é unha intervención que suma uns sete millóns de euros e que pretende rachar esa canalización, eses muros verticais de contención de formigón, para substituílos por unha ribeira verde en pendente, que permita acceder ata a auga e xerar zonas de estar e lecer —explica el concejal de Desenvolvemento Sostible de Pontevedra, Iván Puentes (PSOE)—. Isto farase compatible co actual uso desta parcela como un dos principais aparcadoiros disuasorios da cidade e que, polo tanto, imos conservar dun xeito máis ordenado e moi mellorado a nivel paisaxístico».

El plan ha sido pactado con el Ministerio de Transición Ecológica y supone una inversión total de 25 millones de euros para todo el tramo urbano del río Lérez. Ese que sufre crecidas, por raro que ahora parezca con la sequía, amenazando, con una cadencia que la historia se encarga de recordar: cada cincuenta, cien o quinientos años.