La victoria «histórica» de Ruth en Pontevedra: logró que le dejasen parir a sus gemelos acompañada pese a ser una cesárea

María Hermida
María Hermida PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

Ruth Abonjo, madrileña afincada en Sanxenxo, haciendo el piel con piel con sus gemelos en el Hospital Provincial de Pontevedra.
Ruth Abonjo, madrileña afincada en Sanxenxo, haciendo el piel con piel con sus gemelos en el Hospital Provincial de Pontevedra.

Es una de las madres que puso en marcha la plataforma Loita para reclamar que se cambiasen los protocolos y los partos sean «respetados»

23 jul 2023 . Actualizado a las 13:12 h.

Ruth Abonjo, vecina de Sanxenxo, lo ha conseguido. Esta mujer, que el martes dio a luz a sus gemelos en el Hospital Provincial de Pontevedra, logró esa madrugada lo que tanto había perseguido: tener «un parto respetado». ¿Qué significa eso? Que, después de mucha lucha y de exponer su caso a los directivos del Sergas en Pontevedra, entre ellos al gerente del área sanitaria, José Flores, consiguió que lo que en principio le decían que sería imposible se hiciese realidad: su pareja estuvo con ella pese a que el alumbramiento terminó en cesárea y también pudo hacer el piel con piel con sus bebés, algo que en principio tampoco veían viable en el Sergas si había antes le hacían intervención quirúrgica. Dicen desde Loita, la plataforma de madres que luchan por sus derechos sanitarios y los de sus hijos que la propia Ruth ayudó a crear, que se trata de una victoria «histórica».

Esta madre, madrileña afincada en Sanxenxo, es, efectivamente, una de las fundadoras de la plataforma Loita, que aglutina a numerosas madres que sienten que el Sergas debe cambiar muchos protocolos en cuanto al tratamiento de los niños y de sus madres. Hace solo un mes, ya casi con su embarazo a término, daba a conocer su historia en este periódico. Contaba entonces que ella, que ya tuvo un parto anterior en Madrid, se había llevado un disgusto cuando abordó con los profesionales del Hospital Provincial de Pontevedra cómo iba a ser su parto de gemelos. De hecho, indicaba que había sufrido un «cortocircuito en el cerebro» cuando le indicaron que, aunque lo que se preveía era un parto vaginal, al ser gemelos el padre no iba poder estar presente porque a ella, por seguridad, la llevarían a quirófano y ahí no había sitio para su pareja. En aquel momento, Ruth, casi con las lágrimas en los ojos señalaba: «Me indicaron que tienen que estar presentes dos ginecólogos, dos anestesistas, dos matronas, dos neonatólogos... y que no hay sitio para nadie más en el quirófano. No lo puedo creer, es mi pareja, es importante su presencia», contaba. También le indicaron entonces que si el parto finalmente derivaba en una cesárea no iba a poder hacer el piel con piel porque, una vez más, había un problema de espacio y también de falta de personal en la zona de reanimación a la que ella tendría que ir.

Ruth Abonjo, con vestido violeta, hace un mes, junto a las compañeras con las que fundó la plataforma Loita.
Ruth Abonjo, con vestido violeta, hace un mes, junto a las compañeras con las que fundó la plataforma Loita. CAPOTILLO

Ruth no se amilanó. Convencida de que se estaban pisando sus derechos sanitarios, fundó la plataforma Loita con otras madres de Pontevedra como Tamara Campos y comenzaron a mover ficha con el Sergas. Lograron mantener una reunión con distintos responsables del área sanitaria, entre ellos con el gerente José Flores. Pidieron y reivindicaron que se cambiasen los protocolos de los partos. Y las sensaciones tras ese encuentro fueron buenas: «O xerente da área sanitaria mostrouse en todo momento moi empático e de palabra garantiu que os protocolos cambiarían, pero era neesario que moitos profesionais se puxesen dacordo». Hoy señalan que ese compromiso verbal se ha materializado y que «nun tempo récord pasamos das palabras aos feitos, xa que Ruth puido ter un parto respectado». 

De esta manera, en el alumbramiento de estos niños gemelos se respetó la voluntad de la madre. El parto, que inicialmente se preveía vaginal, remató finalmente en una cesárea. Aún así, y en contra de lo que al principio le habían dicho, su pareja pudo estar presente en todo momento, incluso dentro del quirófano durante la cesárea. Y Ruth también pudo hacer el piel con piel con sus niños tras la intervención quirúrgica, estando ella en la unidad de reanimación (REA). Desde la plataforma Loita señalan lo siguiente: «Todo sucedeu baixo a atenta mirada de tres experimentadas matronas ás que toda a familia estará eternamente agradecida. A elas, ás xinecólogas que velaron pola saúde da nai e dos bebés en todo momento e aos anestesistas grazas aos cales o pai entrou tamén na unidade REA. Xuntouse un equipo de dez para realizar algo que nunca antes se vira neste hospital»

Estas madres que se unieron para reivindicar sus derechos sanitarios y los de sus hijos señalan que gracias a su acción están cambiando muchas cosas, pero que todavía queda mucho camino por andar y que seguirán pidiendo reuniones con los responsables del Sergas. Una de las prioridades ahora mismo es darle apoyo a otra futura mamá, Laura, del área sanitaria de Vigo. Se pidió una reunión con la gerencia viguesa del Sergas, a la que también acudirán representantes de colectivos como Teta e Coliño y Rede Cría, porque, según indican: «A esta nai tamén embarazada de xemelgos néganlle o pel con pel ininterrumpido cos seus bebés tras o nacemento por cesárea, algo totalmente contraindicado se se atopan en bo estado de saúde». Dicen que Laura tiene ahora un rayo de esperanza a raíz de lo que pasó en Pontevedra con el parto de Ruth.