Iris Romero, árbitra que acaba de ascender a primera división femenina: «Después de tanto tiempo solo escuchas un ruido de fondo»
PONTEVEDRA
La pontevedresa empezó arbitrando por casualidad y este año ejercerá de árbitra asistente en la máxima categoría
06 sep 2023 . Actualizado a las 18:39 h.Iris Romero nunca supo que quería ser árbitra. Un día, su amiga Iria Rosendo, con la que comparte profesión y fue compañera de equipo de fútbol, la invitó a probar con un «y si te gusta te quedas». Así pasó. «Empecé en la temporada 2017/2018 en fútbol base, al año siguiente ascendí a tercera regional. Dos años después estaba en segunda regional. Ahí tuve que decidir si seguir como árbitra principal en primera regional o pasarme a árbitra asistente (jueza de línea). Me metí a asistente y entré en tercera división», comenta.
Tras intentar sin éxito en dos ocasiones ascender a la Liga Iberdrola, la primera división femenina, le llegó la oportunidad este año. Será una de las árbitras asistente en la primera categoría del fútbol femenino. Señala que tras ese recorrido por categorías inferiores sin saber aun si la iba a gustar esto del arbitraje se terminó enganchando. Arbitrar, afirma, pasó de ser una afición a una responsabilidad.
Iris cree que al principio «empieza siendo una afición, porque vas solo los fines de semana a arbitrar a los niños», pero pronto se convirtió en algo más. «Ahora es diferente porque se va a convertir en mi trabajo», añade. Llega ese momento de convertir una afición en obligación. E insiste en que el arbitraje siempre es una responsabilidad aunque se vista de otra manera: «Nunca deja de ser una responsabilidad, ni para los chavales jóvenes. Llegas al campo y tienes que dirigir tú el partido».
Para saber manejarse en esos contextos, Iris Romero cree que «se necesita algo», igual que pasa con los jugadores de fútbol. Comenta que «tienes que tener algo, que se puede trabajar, pero debe ser natural. Además debes ser muy responsable».
También se requiere algo diferente para ser una asistente del nivel de Iris, pero ella sostiene que las cosas llegan con entrenamiento y repetición: «Lo que pasa en el terreno de juego se prepara con partidos, con rodaje. No hay preparación específica para visualizar el juego, te lo va dando la experiencia».
Hacer de la presión un hábito
En el arbitraje, el aspecto psicológico juega un papel fundamental. Un árbitro, sea asistente, principal o cuarto árbitro, tiene que hacer de la presión un hábito. Acostumbrarse a ella para poder responder ante las exigencias del deporte. «Después de tanto tiempo, una vez empiezas el partido casi ni te das cuenta, escuchas un ruido de fondo. La presión y el tema psicológico se prepara en casa para que no te afecten», comenta la pontevedresa de 29 años.
Las diferencias que existen a la hora de arbitrar un partido masculino y femenino son cada vez menos, pero siempre «están marcadas por el ritmo». Afirma la colegiada que «en los chicos suele haber más ritmo, pero el fútbol femenino evolucionó muchísimo. En Primera RFEF (segunda categoría femenina) tuve partidos con muchísimo ritmo».
El trato también es diferente dependiendo del partido que le corresponda. A pesar de que en el fútbol masculino suele haber más afluencia de público, y por lo tanto más posibilidades de recibir insultos de cualquier índole, Iris reconoce haber sufrido «muy poquitos. Pensé que iba a ser peor, pero la gente está cada vez más concienciada». Sin embargo, al llevar más de un lustro en el arbitraje, Iris reconoce que ha ido modificando la manera en la que se hace cargo de los insultos que recibe: «Te puede dar un poco de rabia al principio, te preguntas por qué te pasa a ti. A medida que pasa el tiempo ya no reaccionas, simplemente pasas», comenta.
Últimamente están empezando a llegar las mujeres al fútbol. Tanto en las direcciones deportivas, en las enfermerías de los clubes, como en los puestos ejecutivos. Hasta hace no mucho, la gran mayoría de niñas no tenían ejemplos a los que seguir, en los que inspirarse. Eso parece haber cambiado. En el pasado mundial de Catar, Stéphanie Frappart se convirtió en la primera árbitra en pitar en un partido de la copa del mundo masculina.
En 2021, el organigrama futbolístico masculino contaba con una sola árbitra en primera: Guadalupe Porras. Iris se fija en ella para crecer. «Me fijo en las dos árbitras que están en primera, Guadalupe y Eli (Eliana Fernández, recién ascendida), me parece impresionante que fuesen ellas las que dieron el paso de ir hasta la categoría más alta del fútbol masculino». En un momento álgido para el fútbol femenino, Iris recalca la importancia del triunfo en la copa del mundo: «Es espectacular, ahora vamos a arbitrar a chicas que son campeonas del mundo. Nos va a poner en valor al colectivo».