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Xavier Castro, escritor: «Cuando las profesiones se prestigian, se masculinizan»

PONTEVEDRA

Capotillo

El autor defiende que las mujeres tenían menos posibilidad de «una alimentación equiparable a la de los varones en el seno de las familias»

08 may 2024 . Actualizado a las 09:42 h.

Xavier Castro, autor de Cociñeiras con talento. Mulleres e gastronomía en Galicia, tiene claro que «lo que han dejado de percibir las mujeres en alimentos y vino ha supuesto un privilegio para los hombres».

—De nuevo, por tanto, la gastronomía es protagonista en este nuevo trabajo.

—Correcto. He estudiado la historia de la alimentación en Galicia y la cultura del vino. Esto es, bueno, una ampliación, un desarrollo, pero con perspectiva de género. Está en la línea de continuidad con lo que es mi trayectoria de ensayista, de escritores e historiador, y, al mismo tiempo se abre una perspectiva distinta.

—¿Fue complicado ponerse en esa otra perspectiva?

—Requirió de una evolución personal. Como muchas personas, yo también tuve que evolucionar y hacerme sensible a la problemática de los derechos de las mujeres y de su lucha por la igualdad. Con esa concienciación, que fue un proceso personal, aborde la historia global de los gallegos y las gallegas y la relación que hay entre ellos en el terreno de la alimentación y la gastronomía.

—¿Y la conclusión es, hasta cierto punto, desalentadora?

—Yo no diría desalentadora, sino reveladora. Es un tema oculto, no visibilizado. Se sabe que ha habido siempre desigualdad muy acentuada entre las clases sociales, pero no se prestó atención a otra forma de desigualdad, que es la que separa a hombres y mujeres en el reparto de un bien escaso, como son los alimentos. Han sido siempre escasos hasta que Galicia entró en la senda del consumo de los años 60. Las mujeres, digamos, tenían menos prerrogativas, menos posibilidades de recibir una alimentación equiparable a la de los varones en el seno de las familias. Eso es lo novedoso.

Capotillo

—¿Esto podría explicar que, hoy en día, cuando se habla de grandes chefs generalmente se piense en hombres?

—Efectivamente, tiene que ver tangencialmente. Lo que sucede más en concreto es que cuando las profesiones se prestigian, se masculinizan, los hombres se hacen dueños de ellas. Las mujeres han sido toda la vida las que han cocinado. Defiendo que han sido las creadoras de la gastronomía gallega tradicional, los platos característicos de nuestra gastronomía han sido hechos por manos de mujeres porque eran las que cocinaban. Los hombres no querían saber nada de los fogones. Estas mujeres nunca han sido valoradas a pesar de tener su capacidad, su talento. Hasta los chefs reconocen lo bien que cocinaban sus abuelas, el recuerdo que nos han dejado en el paladar las cocineras de toda la vida. Las cocineras estaban por doquier, estaban en las casas campesinas, obreras y burguesas, pero también estaban en las casas de los curas, en las rectorales, y los pazos. La aristocracia gallega, la hidalguía, tenía en sus cocinas a mujeres. El cambio se produce en el siglo XIX con la aparición del restaurante, antes había casas de comidas, que se prestigia el oficio de la cocina. Aparece el chef en toda Europa, que tienden a decir que las mujeres, que han cocinado siempre, no tienen talento, ni habilidades, ni capacidad para hacer alta cocina. Lo dicen y lo escriben en libros. Es similar a los científicos y médicos que decían que las mujeres no deberían desarrollar sus capacidades intelectuales porque iría en detrimento de su función reproductiva. Veían una contradicción. Los chefs en su terreno vienen a decir lo mismo, las mujeres no son adecuadas para hacer alta cocina, sí acaso para hacer aperitivos o repostería, pero no platos sofisticados. Los chefs se hacen dueños de esto y dificultan que las mujeres se conviertan también ellas en chefs, dudan de sus posibilidades y cuando adquieren experiencia profesional, tienen dificultades, obstáculos, para conseguir acceder a un reconocimiento. Hay un techo de cristal que han superado unas pocas y con dificultades.

—¿Qué es lo que más le ha llamado la atención al escribir «Cociñeiras con talento. Mulleres e gastronomía en Galicia»?

—Lo desconocido que es todo esto. Es una realidad que afecta a algo más del 50 % de la población. Este ensayo histórico no es una cosa específica de gastronomía, sino de historia social y afecta a toda la población. Lo que han dejado de percibir las mujeres en alimentos y vino han supuesto un privilegio para los hombres. El relegamiento de las cocineras, que aquí se reivindican su papel, y la oscuridad que ha reinado, la poca luz que se ha arrojado sobre su importantísimo papel como creadoras de la gastronomía gallega y como quienes han alimentado a todos los gallegos. Que esto haya quedado en la sombra es bastante asombrosa y aquí se pone un poco de luz sobre esta injusticia y espero que sirva para tomar conciencia y para dignificar el papel y la importancia de nuestras cocineras de toda la vida.