Alumnos séniores del campus de Pontevedra: «Aquí vimos a socializar, o máis importante é saír de casa e aprender»

Defienden y practican un envejecimiento activo y además dirigen la Asociación de Alumnado e Exalumnado Sénior del Campus de Pontevedra (Asaexs). La charla con ellos transcurre en el local que tienen en la Facultade de Comunicación. Allí, en el despacho 21 de la segunda planta, cuelgan fotografías realizadas con móvil en una de las asignaturas del Programa Universitario de Maiores (PUM). Esta iniciativa surgió hace veinte años en la Universidade de Vigo para formar a personas mayores de 55 años y fomentar las relaciones intergeneracionales.

Cristina Luginick, de 70 años y que fue pedagoga de profesión, es la actual presidenta. Junto a ella están José Luis Fernández, militar de 68 años; Julia Piñeiro, de 62 y farmacéutica; Susana Níñez, de 63 y ama de casa (con estudios administrativos); y Conchi Mumary, de 69 y profesora. Poco después se le sumará a la carrera Suso Castro, de 63 años y funcionario del Ministerio de Defensa. Relata que este es uno de los muchos frentes en los que está metido, como los vecinales contra la A-57 y en defensa del campo de tiro de Xeve.

Coinciden en que Asaexs —el nombre quizá tampoco ayuda— es una asociación muy desconocida que se sigue confundiendo con la UNED Sénior, un programa similar que nació antes que el PUM. Cristina es la cuarta presidenta de su historia, tras José María Fernández, Miguel Yebra y Gloria Pérez. Matiza que lo es de forma provisional a la espera de la asamblea para renovar la directiva. Son 105 socios entre alumnos y exalumnos y pagan una cuota de 20 euros al año. Las mujeres son amplia mayoría, en torno al 70 %, subraya José Luis.

Destacan que el Programa Universitario de Maiores, que cuenta con dos modalidades —curso intensivo e integrado—, es una alternativa para seguir aprendiendo después de la jubilación. «No solo van a ser cafeterías», apunta Cristina. Pero no solo cultivan la mente, que también, sino que socializan, conocen gente y estrechan lazos. La mayoría de los socios y usuarios del programa optan por el curso intensivo, y los menos por el integrado, donde se comparte aula con alumnos jóvenes que estudian un grado. Es el caso de José Luis. «Soy el único mayor», dice. «A veces impone estar con los jóvenes y piensas que el nivel va a ser muy alto, pero tú también aportas experiencia», señala. «Ter ese contrapunto tamén é unha riqueza. Non é verdade que os mozos sexan uns irreflexivos, hainos interesantes e son moi bos compañeiros», añade Conchi, que también conoce el integrado.

Casi todos llegaron al programa por algún amigo o conocido. Y no solo no se arrepienten, sino que animan a participar. «A xente pregunta, que carreira sacades? Pero aquí vimos a socializar, dannos un título —graduado sénior en cultura y sociedad—, si, pero o máis importante é saír de casa e aprender», dice Suso. Son un grupo heterogéneo.

Exponen que falta difusión y que el boca a boca es la mejor publicidad. Insisten en que la gente lo va a pasar bien, va a aprender con profesores interesantes y a hacer trabajos. «Que non teñan medo», insiste Suso, que lleva cinco años y sí reconoce que en la pandemia fue duro. Se manejan con las nuevas tecnologías porque informática es obligatoria en primero. Pueden elegir entre 42 asignaturas y las hay tan atractivas como ajedrez, marcha nórdica, dragon boat o primeros auxilios. Organizan desde Asaexs salidas culturales y conferencias. Para marzo, abril y mayo tienen programadas visitas a Stellantis, el Pazo Quinteiro da Cruz, Allariz y un viaje en barco por la ría de Vigo con los otros campus. También editan una revista anual, Gaudeamus.

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