Las calles de Pontevedra acogerán contenedores para 8 tipos de residuos
PONTEVEDRA
El Concello ultima la primera ordenanza que obligará a separar antes de tirar
22 abr 2024 . Actualizado a las 14:42 h.Si todo sale como se espera, Pontevedra será uno de los primeros municipios del estado en adaptarse plenamente a la Ley 7/2022 «de residuos y suelos contaminados para una economía circular». Será a través de tres patas. La primera, y más importante, el nuevo contrato de gestión de residuos, que supondrá para el Concello un gasto estimado de más de 200 millones de euros en veinte años. El primer intento de licitación del contrato, llamado a «revolucionar» el sistema fracasó al no presentarse ninguna empresa, y se espera que a lo largo de este año se vuelva a convocar.
La segunda pata será una nueva ordenanza fiscal que, entre otras cosas, se adaptará a lo que exige la ley: «implantar sistemas de pago por generación y que refleje el coste real, directo o indirecto, de las operaciones de recogida, transporte y tratamiento de los residuos». Es decir, establecer la formula para que, al menos en el caso de los negocios, se pague en función de los residuos generados.
Y la tercera pata de este plan municipal es una nueva «ordenanza de xestión dos residuos de competencia municipal do Concello do Pontevedra». En realidad será la primera vez que la ciudad cuenta con este instrumento normativo que establece derechos y obligaciones tanto de la Administración como de los administrados. Hasta ahora, lo más parecido es un «bando de limpeza» firmado por el alcalde, Miguel Anxo Fernández Lores (BNG), en agosto del año 2003 por el que se «solicita a colaboración dos veciños no cumprimento das normas que regulan o funcionamento do servizo de limpeza e recollida de lixo para disfrutar dun municipio máis limpo e mellor coidado».
La nueva ordenanza ya está prácticamente lista para su aprobación inicial, pues ha sido ya revisada y analizada por los grupos municipales —incorporando aportaciones de todos ellos— y solo restan los informes jurídicos para llevarla a pleno, algo que se prevé para antes del verano. Por lo tanto, esta tercera pata del sistema municipal de gestión de residuos será, sin duda, la primera en entrar en vigor, si bien muchas de sus determinaciones están directamente vinculadas al futuro contrato.
¿Y qué incluye la ordenanza y en qué cambiarán las obligaciones de los vecinos de Pontevedra? El principal cambio es que será obligatorio separar en origen. Ya no será una opción voluntaria, sino que cada productor, sea vivienda o negocio, tendrá que «aportar debidamente separados e nas condicións determinadas todas as fraccións de residuos xeradas aos contedores ou puntos de recepción establecidos». Y en este sentido, el Concello estará obligado a disponer de más opciones a la hora de separar: habrá nada menos que ocho contenedores diferentes para otros tantos tipos de residuos. A los habituales de fracción resto, papel, vidrio, envases y biorresiduos (compost) se sumarán en las calles de la ciudad contenedores específicos para pilas, para aceite doméstico y para restos textiles. La ordenanza obligará a los usuarios a «separar en orixe os seus residuos segundo as fraccións establecidas».
Dentro de esa obligación de separar antes de tirar, el compostaje será una pieza fundamental, y se introducen también deberes para los usuarios. Un de los más importantes cambios es que «no caso de vivendas unifamiliares con parcela exenta maior de 50 metros cadrados, xestionar os seus biorresiduos mediante compostaxe individual-doméstica». Actualmente, adherirse al sistema de compostaje es voluntario. Con la nueva ordenanza, será obligatorio.
En el caso de viviendas sin parcela, los biorresiduos se tratarán, como hasta ahora, a través de centros de compostaje comunitario o del colector marrón.
Objetivo: reducir la producción de basura y proteger el medio ambiente y la salud
Desde que se comenzó a implantar el sistema de compostaje en Pontevedra, desde el Concello se habla de un «cambio de paradigma» en la de gestión de los residuos al considerarlos «recursos». La futura ordenanza especifica como objetivo principal «a progresiva transformación da sociedade pontevedresa nunha sociedade cuxo sistema produtivo estea baseado na economía circular, adoptar a concepción dos residuos como recursos con valor económico potencialmente aproveitables e a creación de emprego verde de calidade».
También se persigue «a protección do medio ambiente e da saúde humana mediante a redución dos impactos ambientais asociados á produción e xestión dos residuos e ó uso dos recursos, poñendo un énfase especial na redución dos gases de efecto invernadoiro para contribuír á loita contra o cambio climático».
Por último, se busca «a redución da cantidade de residuos xerados e do perigo asociado a súa deficiente xestión, co fin de disociar a produción de residuos do crecemento económico».
Compostar y el reciclar de seguirán presentes en el día a día de los pontevedreses, y la ordenanza introduce la «reutilización» como eje de la economía circular. Así se detalla que «antes de eliminar como residuo calquera tipo de ben, incluídos os de consumo, os xeradores de residuos han procurar estender a súa vida útil, doalo ou facilitar outras formas das que se poidan servir a outros», y para ello el Concello estará obligado «a facilitar espazos e sistemas para o intercambio de bens para evitar que se convertan en residuos, así como facilitar outras prácticas que estimulen a súa reutilización».