La realidad múltiple del cáncer de mama; 210 nuevos casos este año en el área de Pontevedra

Cristina Barral Diéguez
cristina barral PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

José Emilio Barrabás, Alejandra Santos, María del Carmen Bermúdez, Begoña Graña, Isabel Pereira y Carmen García, este viernes, en la sede de la AECC en Pontevedra
José Emilio Barrabás, Alejandra Santos, María del Carmen Bermúdez, Begoña Graña, Isabel Pereira y Carmen García, este viernes, en la sede de la AECC en Pontevedra Ramón Leiro

La jefa de oncología, Begoña Graña, habla de los retos médicos y de la necesidad de recursos humanos y técnicos

19 oct 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

«No hay buen tratamiento si no hay un buen equipo». La frase la pronunció este viernes la jefa de servicio de oncología del área sanitaria de Pontevedra y O Salnés, Begoña Graña, en un acto organizado por la AECC con motivo del Día Mundial Contra el Cáncer de Mama, que se conmemora este sábado. Una iniciativa celebrada en la sede de la calle Eduardo Pondal que permitió tener una visión global de lo que supone la enfermedad. La doctora Begoña Graña habló de los retos médicos, pero también se escuchó el impacto que tiene en las pacientes y en sus familiares, y el trabajo de apoyo de los profesionales de la AECC.

La jefa de oncología contó que la incidencia del cáncer de mama va en aumento y que este año habrá 36.000 diagnósticos. En España hay 500.000 mujeres que viven con un tumor en diferentes estadios. «Es un enfermedad muy frecuente, pero no todos los tumores se pueden curar, más del 90 % sí», señaló. Begoña Graña apuntó que en Pontevedra llevan 210 nuevos diagnósticos en lo que va de año. Evitando cuestiones muy técnicas, la facultativa ofreció una visión cercana y a la vez realista, asegurando que los retos médicos son «enormes».

Al lado de las psicólogas Carmen García Hijano y Alejandra Santos, de las pacientes Isabel Pereira y María del Carmen Bermúdez y del familiar de paciente José Emilio Barrabás, la oncóloga destacó la importancia de los cribados, pero dejó claro que no todos los casos se diagnostican en esos programas. Hizo hincapié en la importancia que tiene el ejercicio físico desde niños y los hábitos saludables, junto a evitar el consumo de alcohol. Respecto al deporte, fue contundente: «El ejercicio físico es fundamental en la infancia y la adolescencia, pero creo que cada vez se trabaja menos».

Begoña Graña, jefe de servicio de oncología del área sanitaria de Pontevedra y O Salnés
Begoña Graña, jefe de servicio de oncología del área sanitaria de Pontevedra y O Salnés Ramón Leiro

El cáncer de mama debería implicar siempre un abordaje multidisciplinar y una medicina personalizada, por lo que hace falta, dijo, «un gran esfuerzo de recursos tanto humanos como técnicos». Ya se había escuchado por boca de las dos pacientes, pero Begoña Graña lo reiteró: los tratamientos son duros. «El tratamiento hormonal tiene efectos secundarios, la radio cansa y produce cambios en la piel, no es solo la quimio. Hay un montón de secuelas, hay días que uno no puede con el alma y después del tratamiento hay secuelas físicas, emocionales y cognitivas».

La jefa de oncología comentó al hablar de los aspectos laborales que siempre es una incógnita cómo se vuelve el trabajo y que «en el Sergas incluso no es fácil la reincorporación». «Es una enfermedad tremendamente compleja y cuando yo empecé la residencia era impensable un acto como este. Es abanderada para otros tumores», subrayó. Begoña Graña ahondó en los retos médicos. La aspiración sería poder curar a todas las pacientes, pero la realidad pasa por ofrecer tratamientos para mantener controlada la enfermedad con calidad de vida. «Hay que mejorar el diagnóstico molecular y tener más tiempo a pesar de la carga asistencial», subrayó.

El cáncer de mama, recalcó la oncóloga, son varias enfermedades. Hay cuatro subtipos, varios estadios e influyen las características moleculares del tumor. El futuro pasa por la inmunoterapia y nuevas técnicas de radioterapia. «El cáncer tiene que ver con ser mujer y con hacernos mayores. La biología y los antecedentes llevarán a incorporar la estratificación de riesgo», afirmó.

Isabel Pereira, paciente de cáncer de mama en tratamiento
Isabel Pereira, paciente de cáncer de mama en tratamiento Ramón Leiro

Isabel Pereira, paciente en tratamiento: «Cuesta entender que hay que frenar y vivir» 

Isabel Pereira, auxiliar de enfermería eventual en el Sergas, se enfrentó al diagnóstico de cáncer de mama con 42 años y dos niñas pequeñas. El suyo es el testimonio de una paciente que está en tratamiento. Su vida se convirtió en una montaña rusa cuando la doctora Marta García le explicó «con mucho cariño» lo que escondía ese bulto en su pecho. «Ves que los familiares sufren y dejas de poder ser autónoma. Cuesta entender que hay que frenar y vivir con miedo», relató. Isa contó que un día acudió a la AECC a por una peluca y se encontró con un abanico de servicios y más apoyo que en la Seguridad Social. Agradeció el respaldo de Alejandra, la psicóloga, y de Lorena, la fisioterapeuta. Expuso que ella es una persona alegre, pero que es muy difícil caminar sola: «Hoy el cáncer no tiene por qué ser sinónimo de muerte». Comentó que se hizo una reconstrucción inmediata, pero que cada mujer tiene que encontrar aquello que le siente bien. La cuestión laboral fue una preocupación. «El trabajo no solo es un sustento, es una satisfacción personal. El Sergas no te respalda, yo estaba a punto de lograr una interinidad», recordó.

María del Carmen Bermúdez, superviviente de cáncer de mama
María del Carmen Bermúdez, superviviente de cáncer de mama Ramón Leiro

María del Carmen Bermúdez, superviviente de cáncer: «Sigue impresionando verse en el espejo» 

María del Carmen Bermúdez superó un cáncer de mama que le diagnosticaron en junio del 2021. Cuatro meses antes se había hecho una mamografía y estaba «todo bien». Un día, desveló, se encontró una mancha de sangre al quitarse el sujetador. Intuyó que algo no iba bien. Todo el proceso fue muy rápido y tras el diagnóstico pasó por el shock inicial y el sentimiento de culpa. «Vi mi vida en un segundo. Tenía a mi marido a mi lado, él me apretaba la mano, pero vi cómo se le caía una lágrima. Él pidió toda la información, yo no era capaz ni de hablar», recordó. Carmen tuvo un gran apoyo familiar. En su caso perdió el pecho y decidió que así se iba a quedar: «Mi marido me aceptó y a mis hijos les enseñé mi cuerpo. Aunque sigue impresionando verse en el espejo». Llevaba 23 años trabajando en una conservera y no pudo volver a ese puesto. Desde hace tres tiene una incapacidad permanente. Su tratamiento fue con anticuerpos monoclonales y un día le hablaron de la AECC. Fue a sesiones con la psicóloga y a otras actividades y hoy es voluntaria: «Hubo que agarrar el toro por los cuernos, pero aún hoy tengo mis miedos».

Las psicólogas: una enfermedad «familiar» de cambios y pérdidas 

La psicóloga Carmen García Hijano fue este viernes la encargada de presentar el acto celebrado en la sede de la AECC. Aludió al estudio Calidad de vida y necesidades en supervivientes de cáncer de mama, elaborado por la asociación y en el que participaron 1.293 mujeres entre junio y julio del 2024. Entre los muchos números de ese informe nacional, citó dos. Que el 36 % de las supervivientes de mama tienen una «mala calidad de vida» debido a problemas físicos, emocionales y sociales derivados de la enfermedad; y que el 67 % tienen miedo a una recidiva, a que vuelva la dolencia.

Por su parte, Alejandra Santos, también psicóloga, se centró en el apoyo gratuito que les brinda la AECC. Puso de relieve que es una enfermedad «familiar» porque afecta a todo el núcleo, no solo a la paciente, y que significa «cambios y pérdidas». Cambios a nivel personal, pero también físico y laboral. «Hay que enseñarlas a amarse con pelo o sin él, con pañuelo o sin él y a vivir el presente, aquí y ahora», señaló esta profesional. Tanto ella como su compañera Carmen recordaron los talleres grupales para pacientes que se imparten y que son «muy productivos».

Unidad de mama del centro de salud de A Parda, en Pontevedra
Unidad de mama del centro de salud de A Parda, en Pontevedra SERGAS

El cribado en el 2023: 24.400 exploraciones y 48 tumores malignos 

El Sergas ofreció este viernes datos del Programa de Detección Precoz do Cancro de Mama en el área sanitaria. En el 2023, se exploró a 24.427 mujeres de 50 a 74 años. En el distrito de Pontevedra fueron 16.635, un 82 % de la población diana. Cientos de usuarias fueron remitidas posteriormente a una unidad de diagnóstico y tratamiento para completar pruebas, que confirmaron 35 casos de cáncer. En el distrito de O Salnés, las mujeres exploradas fueron 7.792, un 87,2 % del total, detectándose 13 patologías malignas.

El programa de detección precoz cuenta en la provincia con unidades de exploración en el centro de salud de A Parda, en Pontevedra; el Hospital do Salnés, en Vilagarcía; y el Hospital Meixoeiro, en Vigo.

La jefa de oncología del área sanitaria, Begoña Graña, apuntó que hay comunidades autónomas que ya han rebajado la edad para participar en el cribado a los 45 años y no a los 50: «Es muy costoso y hay que demostrar que mejoras la supervivencia».