Problemas técnicos en la Audiencia de Pontevedra lastran el juicio contra un acusado por un arsenal de armas
PONTEVEDRA
Fallos de la videoconferencia obligan a aplazar declaraciones de testigos
13 nov 2024 . Actualizado a las 05:00 h.«Nefasta». Este fue el adjetivo que empleó este martes el presidente de la sección segunda de la Audiencia de Pontevedra a la hora de aludir a los problemas que tuvieron con la videoconferencia que les obligó a aplazar varias comparecencias de testigos. Esto determinó que se tuviese que suspender la segunda sesión de la vista oral donde se juzga a un vecino de Ponteareas acusado de la tenencia ilícita de 84 armas de fuego, diez de ellas consideradas prohibidas por su catalogación como armamento de guerra cuando aún restaban por declarar algunos testigos.
En este sentido, el magistrado José Juan Barreiro Prado manifestó que adoptaba esta medida «por causas alleas a nosa vontade». En paralelo, anunció que la vista se reanudará el próximo 21 de noviembre, si bien el día antes, el 20, se llevará a cabo una prueba técnica para comprobar como funciona la conexión. Previsiblemente, si los problemas persisten como este martes, estas declaraciones tendrían que realizarse de forma presencial en la sala de vistas de la Audiencia de Pontevedra.
Los que sí pudieron testificar fueron algunos de los guardias civiles que participaron en las distintas fases de la investigación, los cuales confirmaron la intervención de las armas precisando que para algunas de ellas sí se disponía de licencia. Las pesquisas, incluso, les llevaron hasta un armero del campo de tiro de Cernadiñas Novas, en Pontevedra, si bien todo parece indicar que esta actuación no arrojaró luz alguna.
Una herencia
En todo caso, señalaron que el acusado, que tiene previsto declarar una vez rematen las comparecencias de testigos y peritos, , ya fallecido, y que él las recibió por herencia.
De hecho, dos conocidos del acusado también testificaron en este sentido, así como remarcaron que el difunto era armero, reparaba armas —incluso, uno de estos testigos apuntó que algún policía local requirió de sus servicios— y era aficionado al tiro. De igual modo, uno de ellos explicó que emplearon un tractor de su propiedad para trasladar el armero que «pesaba mil y pico kilos» al nuevo domicilio del fallecido, mientras que otro, exguardia civil, añadió que, a la muerte del hermano del acusado, le vendieron un arma para practicar tiro y él hizo todo el trámite para la transmisión sin problemas.
Asimismo, también compareció un perito a instancia de la defensa que en su informe sostuvo que solo trece armas de las intervenidas serían aptas. Precisó que no tuvo acceso a las mismas, de tal modo que, si hubiera sido así, se mostró convencido que hubiera modificado alguna conclusión.
En todo caso, a preguntas de la fiscala, manifestó que no tiene conocimientos de balística, aunque es instructor de armas y de tiro, y profesor de tiro. Asimismo, confirmó que era amigo del hermano del encausado y que, incluso, le traspasaron la titularidad de una de las armas.