Un recluso agrede sexualmente a una funcionaria de la prisión de A Lama

Alfredo López Penide
López Penide PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA

CAPOTILLO

«La sujetó por el cuello, arrinconándola contra la pared y tratando de besarla a la fuerza», refirieron desde el sindicato ACAIP-UGT

25 nov 2024 . Actualizado a las 15:25 h.

El pasado viernes, un recluso del centro penitenciario de A Lama, con historial conflictivo, agredió sexualmente a una funcionaria mientras realizaba labores de vigilancia en la segunda galería. Según denunciaron desde el sindicato ACAIP-UGT, «el interno M. B. la sorprendió en una de las escaleras alegando que debía entregarle un documento», de tal modo que, cuando la víctima se acercó para leer el papel, el preso «la sujetó por el cuello, arrinconándola contra la pared y tratando de besarla a la fuerza».

En este punto, añadieron que, «a pesar de la resistencia de la funcionaria, el agresor logró introducir su lengua en su boca, mientras presionaba su cuerpo contra el de ella, llegando a morderle el labio superior y produciéndole heridas». En un momento dado, la trabajadora logró liberarse, pero «fue perseguida por el interno, quien continuó acosándola verbalmente».

La situación remató cuando la funcionaria consiguió llegar a la cabina de seguridad, donde se encontraban otros compañeros, al tiempo que se avisó al jefe de servicios «que ordenó el traslado provisional a aislamiento del interno».

«A pesar de la rápida actuación las secuelas psicológicas y emocionales del ataque son innegables. Este hecho no es un caso aislado, sino el reflejo de una problemática más amplia que afecta a las trabajadoras penitenciarias. Las agresiones sexuales no solo comprometen la integridad física y emocional de las víctimas, sino que evidencian la falta de mecanismos de protección eficaces en un entorno especialmente peligroso», subrayan desde ACAIP-UGT.

Desde este sindicato se denunció que, «a pesar de la gravedad de estos incidentes, la administración penitenciaria carece de registros específicos de denuncias por acoso o agresiones sexuales hacia funcionarias. El protocolo de prevención de agresiones ni siquiera contempla las agresiones sexuales, a menos que impliquen lesiones físicas visibles», algo que, a su juicio, «deja a las trabajadoras en una situación de desamparo institucional».

A raíz de esta agresión sexual, ACAIP-UGT reiteró la necesidad de que la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias implemente medidas urgentes para garantizar un entorno laboral seguro. Entres estas demandans se encuentran la incorporación de las agresiones sexuales en los protocolos de prevención de agresiones, el cumplimiento riguroso de los procedimientos para investigar y sancionar estas conductas y la recopilación y análisis de datos específicos sobre acoso y violencia por razón de sexo en los centros penitenciarios.