Los sindicatos denuncian que los ajustes de cuentas en la prisión están a la orden del día

Alfredo López Penide
L. Penide A LAMA / LA VOZ

A LAMA

21 may 2019 . Actualizado a las 19:40 h.

Una olla a presión a punto de reventar. Esta es la sensación que se desprende de la imagen que dan los representantes sindicales de la prisión de A Lama de la situación del centro penitenciario pontevedrés.

Refieren que solo en los últimos diez días se han contabilizado hasta tres incidentes graves «si contamos solo aquellos en los que se ven involucrados los funcionarios, pues las peleas y ajustes de cuentas entre internos son rutinarios». La agresión más reciente ocurrió este lunes cuando un interno del módulo 11, que suele estar ocupado por presos multirreincidentes, atacó a un compañero. Esta circunstancia propició que el recluso, una situación que no le apaciguó.

«Los tres funcionarios de servicio se disponían a proporcionarle el colchón para la celda, se abalanzó sobre ellos». Lograron tirarlo al suelo para reducirlo, pero fueron incapaces «debido a la gran fortaleza física y la extrema violencia demostrada por el recluso». Otros tres trabajadores intervinieron consiguiendo inmovilizar al preso, quien, «no obstante, siguió profiriendo todo tipo de amenazas hacia los trabajadores y no cesó en su actitud (...). Fue necesario proceder a aplicar la sujeción con correas en una celda especial hasta que cesó su resistencia», añadieron.

A este incidente se suma otro ocurrido unos días atrás cuando un grupo de funcionarios tuvo que emplearse a fondo para reducir a un interno que se caracteriza por su gran envergadura física. «En esta ocasión, no hubo que lamentar daños», matizaron, algo que contrasta con el incidente del 12 de mayo. Entonces un recluso en primer grado, el más restrictivo, fue expulsado del módulo terapéutico provocando un estallido de ira: «Se parapetó en la celda, rompió una silla de plástico con la finalidad de utilizar las patas como arma y roció el suelo con gel de baño para provocar que los funcionarios resbalaran». El personal tuvo que equiparse con trajes de protección y escudos para reducirlo.

Conflictividad en aumento

Los sindicatos sostienen que estos hechos «ponen de manifiesto un progresivo aumento de la conflictividad» en el penal de A Lama. Desde ACAIP-UGT, CC. OO., ATP, CSIF y CIG, dejan claro que «no nos quejamos por realizar nuestro trabajo, una de cuyas facetas es la resolución de incidente violentos», si bien advierten de que «no dejaremos de denunciar la cada vez más precaria situación en que desempeñamos esa labor».