La veterana portera debutó en Primera con el equipo y se convirtió en un referente del club conservero y de la selección
04 jun 2021 . Actualizado a las 19:04 h.Silvia Aguete ya estudia su futuro. Sobre la mesa tiene un puñado de ofertas para la próxima temporada. La que fue portera del Poio Pescamar durante los últimos siete años ha cerrado su etapa en el club. No está en los planes de Manu Cossío para el curso 2021-22 y a ella le han empezado a llover las oportunidades. No es para menos. Ha defendido la camiseta del conjunto conservero durante siete años, pero también ha sido la guardameta de la selección nacional, donde en esta última etapa compartió titularidad con Caridad, portera también del club rojillo. «El Poio me dio la oportunidad de jugar en Primera sin salir de Pontevedra», explica la jugadora pontevedresa, que reconoce que eso «y estar en la selección es lo máximo para cualquier persona que se dedique a esto».
La portera reconoce que cierra una etapa muy positiva, pero debe seguir su camino. Baraja tres ofertas interesantes sobre su futuro, algunas de ellas en Galicia. Eso es lo que ahora tiene que decidir. Saber cuál será su próximo destino, además de seguir preparando las oposiciones a funcionaria de prisiones.
Hace cinco años interrumpió su carrera futbolística para acabar sus estudios y cuando se reincorporó al Poio un año después, la selección volvió a confiar en ella. Tuvo la valentía de aparcar su vida deportiva cuando estaba en lo más alto y de seguir en la cúspide cuando regresó. Dos años después la escogieron en los Futsal Awards Umbro como la segunda mejor jugadora del mundo por detrás de la portuguesa Ana Catarina Silva.
Haber ganado el oro con en la primera Eurocopa de fútbol sala femenino fue, quizás, el punto más alto de la carrera, pero ella también recuerda la final de la Copa de la Reina frente al Burela. «Si hay algo con lo que me quedo de estos siete años es con el grupo que hemos hecho, especialmente en los últimos dos años», apunta la hasta ahora jugadora rojilla.
Silvia Aguete sabe que esta desvinculación tenía que llegar. Y en el fondo sabía que no tardaría mucho después de la última temporada. «Todas las etapas tienen un final, no iba a estar aquí eternamente», explica Aguete, que estos días estudia las posibilidades que se abren tras su marcha del Poio Pescamar.
Esta decisión es la primera que ha tomado el club después de haberse quedado a las puertas de la lucha por el título. La derrota en casa frente al Alcorcón la apartó de un hito histórico que alcanzó con las yemas de los dedos. Dependía de si mismo y se quedó a las puertas. El presidente, Juanjo García, y el entrenador rojillo, Manu Cossío, ya están dando los primeros pasos para perfilar el equipo del próximo curso. Silvia Aguete es la primer pieza en caer, peor también la que ha llegado más lejos con el equipo.