El Pontevedra CF, colista tras caer en Pasarón ante el Ceuta (1-3)

PONTEVEDRA CIUDAD

Capotillo

Tres goles de Rodri condenan a los de Toni Otero, que tuvieron un gol anulado

26 feb 2023 . Actualizado a las 21:46 h.

Queda claro que el Pontevedra CF tiene mil y una debilidades. Las tiene atrás, pero también en punta, donde los desbordes de banda murieron sin respuesta en un partido que fue de más a menos en la casa granate. En una primera parte en la que se centraron más de una docena de balones, apenas encontraron respuesta dentro del área. Se desgañitaron Álex González y Martín Diz sin solución en un partido muy vertical en el arranque con contraataques que abrían las oportunidades a ambos equipos.

Esa velocidad del partido llevó a Bakero a estrenarse con un gol que el árbitro anuló por fuera de juego ante el cabreo de la grada y de buena parte del banquillo, que lo vio legal. El equipo quiso la revancha contra sí mismo y Álex González encadenó dos desbordes con peligro, uno de ellos rematado otra vez por Bakero, que lanzó por encima del larguero y otro, unos minutos más tarde, que desaprovechó Borja Domínguez. Inesperadamente envió fuera uno de esos balones que son gol seguro.

Con tablas en el marcador, el partido seguía tan vivo que en un robo de balón, el Ceuta se plantó dentro del área pequeña en una de las acciones de más peligro de la tarde. Pero, una vez más, Cacharrón salvó ya sobre la línea de gol. La insistencia granate tuvo su respuesta en un saque de córner de Borja Domínguez, que Luis Martínez remató al fondo de la malla. Pero poco duró la alegría en un Pasarón con escaso ambiente de fútbol. La distancia entre líneas abrió el camino a Rodri, que devolvió el equilibrio al partido y confirmó el peligro que él y Luismi tuvieron en la ofensiva ceutí los 90 minutos. El esfuerzo de la primera parte se quedó descafeinado al perder la ventaja casi sobre la bocina.

Segunda parte sin fuerza

A la vuelta de vestuarios el partido mudó su cara con un Ceuta más agresivo. Arrancó con dos ocasiones de Luismi, que hicieron temblar a todos menos a Cacharrón, que despejó sin dificultad. Se habían convertido en un equipo más peligroso que obligó a Toni Otero a replantear el partido. Volvió Bastos al campo después de meses de lesión y metió a Brais Abelenda llevando a Álex González a la línea de atrás. La rentabilidad del desborde del capitán se diluyó ante un planteamiento mucho más ambicioso del Ceuta. Y después de ver como los centros caían en la nada, el míster decidió sacar a Charles y Víctor Casais por Robles y Bakero. El cambio llegó demasiado tarde. Apenas unos minutos después, una acción desafortunada del canterano dentro del área acabó con la pena máxima convertida en gol de Rodri. 2-1 y la presión creciente del Ceuta que hasta en tres ocasiones se quedó solo frente a Cacharrón. En una de esas ofensivas llegaría la sentencia. Una pérdida en el área dejó el balón suelto para que de nuevo Rodri rompiese el partido. Con la desventaja en el electrónico, el Pontevedra remó a contracorriente en un partido clave que lo deja como colista y con la obligación de que todas sean finales.