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El librero de Pontevedra que cobra a sus clientes 20 céntimos por abrir el correo electrónico

Nieves D. Amil
Nieves D. Amil PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

Fernando Iglesias, dueño de Baroja, apoyado sobre la fotocopiadora de su librería
Fernando Iglesias, dueño de Baroja, apoyado sobre la fotocopiadora de su librería CAPOTILLO

Fernando Iglesias fijó esta «bajada de bandera» al ver el tiempo que necesitaba para hacer tan solo una fotocopia

30 jun 2023 . Actualizado a las 12:45 h.

Fernando Iglesias se cansó. La digitalización y las redes sociales le han traído muchas cosas buenas, como la posibilidad de convertir en viral cada uno de sus vídeos de Tik Tok sobre cómics manga, pero también le ha hecho replantearse el día a día en su librería papelería de la calle Palamios de Pontevedra. Desde que arrancó el año cobra 20 céntimos por abrir el correo electrónico a un cliente. «Es una bajada de bandera, como la de los taxis», apunta antes de desarrollar una idea a la que empiezan a acostumbrarse sus clientes. Él la razona para hacer que esa decisión se comprenda. «Desde que llegó la digitalización, hay muchos clientes que vienen con el móvil para que les imprima o fotocopie algún documento. A veces están por wasap o en correos y me lo reenvían al mío», subraya Iglesias, que empieza a medir su tiempo en céntimos. Su librería está en una calle perpendicular a la avenida Reina Victoria por la que el tránsito de gente no es tan alto como en una calle comercial. Cada euro es vital. 

El problema no está en que reciba los documentos por email, es el tiempo que tarda hasta que puede hacer el trabajo. «A veces tardan cinco minutos en encontrar el documento, en otros casos, soy yo el que tiene que echarle una mano. Manejas un teléfono que no conoces y te lo reenvías al tuyo. A veces tienen que volver a llamar a la persona porque no se ve bien y te das cuenta de que han pasado casi diez minutos», advierte. Esos diez minutos tienen un beneficio mínimo si cobra la fotocopia a diez céntimos. «Serían diez céntimos por diez minutos, sesenta céntimos en una hora de trabajo, de los que ganas treinta», calcula Fernando Iglesias. Fue al ver este porcentaje cuando se planteó la idea de cobrar 20 céntimos solo por abrir el correo.

Al menos supone un filtro para el cliente y para su paciencia. «Una persona tras otra para buscar el correo e imprimirlo me supone una pérdida de tiempo, pero también de energía», señala. Sabe que su decisión no está bien vista por muchos clientes, pero hay un grupo importante que comprende que el tiempo en un negocio es clave. «Cobrar 20 céntimos no me va a suponer nada económicamente, es algo simbólico, pero me sirve de consuelo por un servicio que sigue sin ser rentable», explica el responsable de la librería Baroja, que a lo largo de la mañana recibe una media de seis personas para hacer fotocopias. 

En su negocio de la calle Palamios, en el centro de Pontevedra, ya solo le queda una fotocopiadora, cuando antaño llegó a tener cuatro y a fotocopiar miles de páginas cada día. Eran tiempos en los que trabajaba para buena parte de las academias de oposiciones de la ciudad. «Cuando era una gran tirada cobraba tres pesetas más el IVA. Era el sitio más barato de toda la ciudad, había meses en los que hacía más de cien mil copias», explica. Ahora ese trabajo es residual. Ofrece el servicio, pero no es negocio. La librería y papelería del barrio vive de la venta del cómic y algo de la prensa diaria.

El bum de los vídeos de TikTok

Hace un año, Fernando rompía todas las fronteras con sus vídeos. No era un gran usuario de las redes sociales. Más bien, todo lo contrario. Pero sus estanterías estaban llenas de cómics manga y necesitaba darlos a conocer. Preparó una especie de escenario en la librería, un foco y un soporte para el móvil. Él pondría el resto, sus conocimientos. Las visualizaciones se cuentan por miles. Ingeniosas, divertidas y sorprendentes, al hacer en la última campaña un vídeo sobre cómics con los candidatos del PSOE y PP local, Rafa Domínguez e Iván Puentes, respectivamente.

Los «problemas» que le dejó la digitalización se contraponen a las ventajas de las redes sociales. Le abrieron una ventana al mundo y convirtieron el verano en una época de más ventas del año. «Agosto pasó de ser el peor mes a ser uno de los que más vendo. Viene mucha gente en vacaciones y aprovecha para pasar por la librería», subraya Fernando Iglesias, que logró que la calle Palamios se empiece a situar en el mapa de Pontevedra y en el viral.