La provincia, con 47 incautaciones en el 2017, duplica a la de A Coruña, con 26
28 abr 2018 . Actualizado a las 21:13 h.Más allá de la espectacularidad que aportan los importantes operativos contra el narcotráfico, ya sea pie de playa o sobre el mar, no hay profesional especializado en este cometido que discuta cuál es la mejor manera de neutralizar este mercado ilícito, al menos en España. Todo pasa por despojar a las organizaciones de su patrimonio sabiendo que la burocracia avanza a su ritmo, lenta pero sin pausa. Al final todo se reduce a una cuestión de tiempo. El año pasado, a través del Fondo de Bienes Decomisados por Narcotráfico del Plan Nacional sobre Drogas (Ministerio de Sanidad), se incautaron 77 bienes (barcos, vehículos, joyas o inmuebles) en Galicia cuya subasta permitió ingresar en las arcas públicas 487.000 euros.
Las Rías Baixas siguen copando este triste ránking anual en el conjunto de Galicia: la provincia de Pontevedra (47) dobla en bienes incautados a la de A Coruña (26). Y eso que en la provincia del norte el narcotráfico también está a la orden del día. Sobre todo en la Costa da Morte, la zona más aislada del litoral gallego y en la que se coronan más descargas. Otra cosa es que las Rías Baixas sigan siendo el punto de encuentro, el espacio en el que se cocinan las grandes operaciones y, lo más importante, la zona en la que se asientan los más altos mandos de las organizaciones.
Basta comparar las cifras de Pontevedra con las obtenidas en las provincias de Ourense y Lugo, que se desploman con solamente uno y tres bienes decomisados, respectivamente, en todo el año pasado.
La ría de Arousa copó buena parte de los decomisos subastados en el 2017. Atendiendo a lo expuesto por la Fundación Galega contra o Narcotráfico, la mayor cantidad de dinero embolsada el año pasado en las pujas se logró con la venta la vivienda que el histórico Laureano Oubiña tenía en A Laxe (Vilagarcía), cerrándose la subasta en 245.210 euros. En Montalvo (Sanxenxo), un casa de 210 metros cuadrados generó un compra por 126.000 euros; un local comercial en el centro de Vilagarcía, 106.000 euros; una vivienda en Sobradelo, propiedad de Manuel Barroso Millán, condenado por blanqueo y ya fallecido, tenía un precio de 173.279 euros en segunda subasta, antes de ser retirada.
El inmueble podrá salir nuevamente a subasta si se resuelven las incidencias que dieron pie a la suspensión de su adjudicación. Sí se vendió, por 102.000 euros, un chalé con bodega situado en Paradela (Meaño) y otra de Guillermo Abalo en Vilanova.
En el contexto de Vigo es curioso el gasto que implica el mantenimiento de las obras de arte confiscadas en el marco de la operación Culebras, valoradas en un millón de euros. Para su correcta conservación y seguridad, la colección obliga al Estado a destinar anualmente partidas de dinero para evitar su deterioro.
Las ganancias de otras propiedades subastadas están en depósito a la espera de sentencia firme
La Fundación Galega contra o Narcotráfico tuvo la visión y la voluntad para hacerla realidad. De ahí su hermanamiento con el Colegio de Procuradores de A Coruña para dar salida a la gran cantidad de bienes decomisados en operaciones policiales de narcotráfico antes de que se deterioren en algún almacén de la Administración . Dado que está probado que no es posible acortar los tiempos de instrucción de las causas judiciales, se optó por subastar los bienes y dejar el dinero obtenido en las subastas en depósito en las cuentas de consignación de cada juzgado hasta que se resuelvan las sentencias hasta agotar la vía del recurso.
El 2017 fue un gran año para la iniciativa, bautizada Servizo de Xestión de Bens Comisados. Solo en el apartado de vehículos se decomisaron 37, por los 13 del 2016. La buena noticia es que cada vez más juzgados recurren a este sistema para evitar que los bienes de los narcos se pudran y sí sean rentables a la sociedad.