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Así es Alejandro Balde: potencia y velocidad para el lateral izquierdo de España en Catar

Javier Asprón COLPISA

QATAR 2022

RFEF | EFE

El defensa, con 19 años recién cumplidos, sustituye a Gayà en la lista de una selección cada vez más joven

18 nov 2022 . Actualizado a las 16:37 h.

El mundo empieza a girar demasiado deprisa para Alejandro Balde (Barcelona, 2003), el chico destinado a suplir al lesionado José Gayà en la lista de España. En unos meses ha pasado de jugar con el filial del Barcelona a hacerlo en todo un Mundial, un trayecto de locura que de momento no le da vértigo.

Su gran temporada en el Barça tiene la culpa de esta llamada de emergencia. Con el conjunto azulgrana debutó hace más de un año, aún con Koeman en el banquillo, en una de las dolorosas derrotas ante el Bayern (0-3). La lesión de Jordi Alba le dio la alternativa. Luego, apareció con intermitencia hasta que una lesión en el tobillo cercenó su progresión.

Esta temporada, ya sin problemas físicos, ha terminado por convencer del todo a Xavi Hernández. Comenzó como tercer lateral izquierdo, por detrás de Jordi Alba y Marcos Alonso, pero acabó desplazando a ambos. Luego, las urgencias obligaron a su entrenador a reclutarlo como lateral derecho, y el experimento también funcionó de maravilla. En esa posición se ha venido desempeñando en los últimos tiempos, y también ahí podría llegar a jugar en la selección en caso de necesidad.

Esa versatilidad demostrada la combina a una velocidad y una potencia física extraordinarias. Son su mayor virtud, aunque en la escuela de La Masia ha desarrollado también su perfil técnico. Descarado en ataque, su mayor debilidad se encuentra, en cambio, en el trabajo defensivo. Durante esta temporada sus números han cogido vuelo: 16 partidos disputados, más de 1.000 minutos y tres asistencias.

Sus raíces son tan explosivas como su juego. Su padre Saliu es de origen africano (Guinea Bissau) y su madre es dominicana. Ellos querían que Alejandro arrancara su carrera en el atletismo. También lo querían así en el colegio donde los profesores, en las carreras que se realizaban, hacían salir a Alejandro más tarde que al resto de compañeros. Les daban ventaja. Eso sí, el primero en llegar siempre era él. Sin embargo, a Balde le gustaba el fútbol y como su hermano Edy lo hacía, terminó por probar el deporte que le ha llevado a ser mundialista.

Balde ingresó en la Masia cuando tenía 8 años, procedente del fútbol base del Espanyol. Antes había jugado en el Sant Gabriel. Por la mañana iba al colegio y por la tarde se entrenaba para regresar a casa en el piso familiar de La Verneda. Creció junto a futbolistas como Ilaix Moriba (Valencia), Xavi Simons (PSV Eindhoven) o Arnau Martínez (Girona).

Cuando empezó a destacar los dos países de origen de sus padres le tantearon para contar con él. En realidad, nunca ha llegado a decirles que no, porque la rapidez de los acontecimientos apenas sí le han dado tiempo a pensar en esa posibilidad. Su carrera está dirigida por Gestifute, la poderosa agencia de representación del portugués Jorge Mendes.

Su primer contrato profesional con el Barça se alarga hasta el 2024, con una cláusula de 500 millones. En los últimos meses el jugador ha recibido decenas de llamadas de clubes extranjeros interesándose por su situación. Habitual de las categorías inferiores con España, su debut con la sub-21 se produjo hace apenas un mes y medio. Al recibir la llamada de la absoluta estaba concentrado con ellos en Sevilla.

Tras recibir el abrazo de sus compañeros y de Luis de la Fuente, seleccionador de los chavales, abandonó él también esa concentración para ultimar los detalles que le convertirán en breve en el último soldado de Luis Enrique. Balde pasará a ser el segundo internacional más joven de los convocados para Catar, detrás de su compañero Gavi.