Microsoft por fin abre los ojos. Porque para hacerle frente al gigante de la manzana no solo hay que fabricar dispositivos competitivos. El diseño tiene mucho que decir
05 ago 2012 . Actualizado a las 12:29 h.Hasta ahora, la ecuación tecnología más diseño se ha identificado siempre con Apple. Líneas suaves y puras. Dualidad de colores blanco y negro. Sofisticación, elegancia, modernidad. Primero los Mac (ordenadores), después los iPod (reproductores de música), los iPhones (teléfonos móviles) y ahora, los iPad (tabletas). Caminando siempre un paso más atrás, los grandes competidores del gran gigante de la manzana llevan años intentando alcanzar a la compañía de Cupertino, fabricando dispositivos similares, competitivos, más asequibles en sus precios. Pero ¿qué tiene Apple para encandilar de tal forma a su fiel legión de seguidores?, ¿Por qué Apple y no Samsung?, ¿Qué es Apple que no es Microsoft? Porque la californiana, definitivamente, «es».
Apple es una marca firme, que supone una manera de entender la vida, un gusto determinado, una estética casi religiosa conseguida a base de consolidar durante años un diseño único, mil veces imitado, idolatrado incluso, y hasta mejorado por otras compañías paralelas. Pero sin llegar a ser lo que es Apple. Implica un aura que sus rivales más potentes no son capaces de alcanzar, aunque se dejen los sesos en arañar entre las últimas novedades tecnológicas y condensarlas en potentes teléfonos, tabletas y ordenadores. Y ese es, quizá, su gran talón de Aquiles, descuidar el diseño en beneficio de la funcionalidad, el contenido por encima del continente, cuando Apple aprendió ya hace tiempo que lo bonito, lo sencillo hasta el extremo, delicado y elegante, es lo que vende.
A pesar de que Samsung se ha mirado en el espejo de Apple y ha intentado acercar su imagen a su catálogo de productos -una de las razones de la interminable guerra de patentes en la que todavía se encuentran inmersas ambas compañías-, la madre de los Galaxy no ha logrado alcanzar aún a la firma de Cupertino en cuanto a la pureza de sus diseños y a la interiorización de la imagen de marca. Quién sí parece haber aprendido la lección es Microsoft, que en breve lanzará al mercado dos de sus productos estrella del año: la tableta Surface y el nuevo Windows 8. A la espera de ver cómo será el resultado final, la compañía ha adelantado ya algunas fotografías que dan fe de su apuesta por la distinción en el diseño de sus nuevos dispositivos, el mimo por la estética y la inclinación por la claridad gráfica.
Lo que ya es una realidad es el paso de gigante que Microsoft puso sobre la mesa esta semana, al pasar a mejor vida el veterano y pionero servicio de correo electrónico Hotmail sustituyéndolo por Outlook. El que hasta ahora era el gestor de correo de Microsoft se convierte en el nuevo sistema de email de todos sus usuarios, un lugar tranquilo y limpio en medio de una desordenada Red, saturada de publicidad, spam y correo basura. Porque si algo prima en el renovado Outlook es su sencillez apacible, despejada, con un esquema fácilmente identificable y singular. Justo el contrapeso que siempre le faltó a Microsoft para competir con Apple.
En cuanto al nuevo Windows 8, su diseño está inspirado en los principios del Diseño Tipográfico Internacional, basado en la asimetría en la composición y en la preferencia por las fotografías en lugar de las ilustraciones o dibujos, alejándose de la sensación infantil que imprimen algunos iconos ilustrados de otros sistemas operativos. Para el plano de la estética exterior, del diseño industrial, Microsoft utilizará como caballo de batalla contra Apple su nueva tableta Surface, que verá la luz antes de que acabe el año. La que será la primera tableta de la compañía incorpora un teclado físico externo, desmontable, muy similar a los de la firma de la manzana, pero siguiendo el hilo de la estética minimalista de Windows 8, inspirada en el diseño visual Metro.
La líneas sencillas, depuradas y los materiales firmes y de gran calidad son las bisagras que acercarán las nuevas apuestas de Microsoft a la gama de productos de Apple, con el valor añadido, en cuanto al diseño estético, del abanico de colores (cuatro tonos diferentes) que la multinacional ofrecerá en los dispositivos de Windows.
Con las cartas sobre la mesa, solo el misterio que envuelve el iPhone 5, el nuevo terminal de Apple que se presentará el 12 de septiembre, podría frenar la imparable y agresiva puesta a punto de Microsoft para adelantar al gran gigante de la manzana.