Debilidades
Las leyes no deberían ser entelequias, solo comprensibles para expertos, sino accesibles a todos. No hay nada que lo justifique porque la ley, debe resolver problemas en lugar de crearlos. Deberíamos aspirar a tener una legislación abarcable y de calidad, en lugar de una legislación creciente, compleja y llena de excepciones.
Los desarrolladores sabemos que el código borrado no falla. Si no se usa, mejor retirarlo. Con la legislación obsoleta sucede exactamente igual, pura mantenibilidad.
Un error en una aplicación debe ser comunicado al usuario con un lenguaje claro y sencillo, sin jerga ni tecnicismos. La disciplina de la accesibilidad se encarga de medirlo y proponer modos de hacer para lograrlo.
En cambio, estamos mal acostumbrados a que la ley se escriba y se comunique con jerga oscura, cuando no deliberadamente barroca. Esto no ayuda a que sea comprensible por el ciudadano y crea claras barreras e ineficiencias.
Me reafirma en esta opinión lo que vi de primera mano en Holanda. Hace poco asistí en Utrecht a un taller donde una serie de entusiastas en ingeniería dirigida por modelos) y lenguajes específicos de dominio) nos reunimos para mostrar los últimos avances de nuestras cocinas.
En particular, los colegas de la Autoridad Fiscal holandesa mostraron el proyecto en el que llevan trabajando unos años. ALEF (o Agile Law Execution Factory) es un lenguaje descriptivo formal con el que los expertos en ley tributaria simulan y refinan las leyes.
¿Por qué? Porque el lenguaje humano es, por su propia naturaleza, ambiguo y el diablo está en los detalles. Porque la ley fiscal debería ser precisa, predecible y fácil de interpretar.
Fortalezas
La ley expresada en ALEF es un modelo descrito en términos de reglas fiscales, árboles y lógica de decisión, fórmulas de cálculo, tablas de rangos aplicables, etc. ALEF dispone de herramientas de validación, interpretación y generación de código para transformar la ley en artefactos útiles. Incluso permite usar testing para verificar que cubre los casos de uso previstos, valores límite y medida de cobertura. Un fallo en una ley denotaría un resquicio, subsanable con una revisión.
Este enfoque reduce la ambigüedad de la ley, contemplando casos para los que no fue pensada, simplificándola y haciéndola más inteligible. Permite versionar las leyes como lo haríamos en un repositorio de código. Proporciona más transparencia, desarrollo abierto donde las propuestas son revisables por ciudadanos antes de llegar al parlamento (como quien hace una pull request a un proyecto open-source). Permite documentar, generando portales web con la descripción de la ley de modo accesible para distintos públicos: juristas, ciudadanos, empresas. Y permite desarrollar aplicaciones como simuladores —para que el ciudadano pueda emular diferentes escenarios— o comparar el efecto de diferentes versiones de la ley.
Soñemos un poco, ¿qué más podríamos hacer?
Generar código fuente que implementaría la ley tributaria y publicarlo como implementaciones de referencia, certificadas por el organismo emisor. Publicar este código en la nube como un servicio de cálculo expuesto y documentado con Open API para hacerlo interoperable. Habilitar un ecosistema de servicios para ayudar al cálculo y pago de tributos de modo rápido y sencillo. Y, por último, con enfoque Big Data, simular con precisión quirúrgica la recaudación prevista en todo el país para una nueva ley.
Las ventajas son innegables. Un poco de Agile aplicado al prototipado de leyes, la verificación con pruebas de unidad y su versionado con transparencia y construcción en abierto otorga unas propiedades envidiables como aporte de valor temprano, menor desperdicio, más transparencia, más robusta, más sencilla y fácil de entender.
Amenazas
A priori, toda tecnología es neutra, pero por contra, los usos que hacemos de ella, pueden decantarse hacia el lado oscuro. Pero, no nos engañemos, eso ya existe.
Como contrapeso a estos abusos, ahora contaríamos con un desarrollo en abierto. Al igual que el Kernel de Linux, la ley podría ser escrutada por muchos más ojos que puedan denunciar fallos e incongruencias para mejorar su seguridad, legalidad y efectividad, antes incluso de su debate parlamentario.
En definitiva, creo que este tipo de propuestas van en línea correcta porque habilitan el camino: Transparencia > Datos abiertos > Ley abierta > Ley ejecutable.
Oportunidades
La IA aprende rápido y poder mover texto natural a modelos (ALEF) y viceversa es cuestión de tiempo, meses. Si nuestro sistema fiscal fuera no ambiguo y automatizable, se abriría la puerta a pagos y contratos inteligentes. Pero, ¿acaso el resto del Derecho no se beneficiaría de estas mismas ventajas de transparencia? Juristas: me gustaría oír sus opiniones al respecto.
Muchos pensareis que esto es una idea loca y utópica, irrealizable, máxime si miramos a la fauna de gobernantes actuales donde impera el populismo, oportunismo y la arbitrariedad. Sin embargo, soy optimista y creo que la obscena posverdad pasará como una mala moda de la que no querremos acordarnos cuando disfrutemos de formas de gobierno un poco más racionales.
Soy optimista porque lo he visto funcionando en Holanda e iniciativas similares están empezando en Alemania. Y, como el software libre, una vez que germine será imposible detenerlo. ¿Decidirá en esta ocasión España subirse al tren del progreso o dejarse atropellar por él? ¿Empezamos a exigir mejores leyes a nuestros gobernantes?